martes, 30 de septiembre de 2008

Necesitamos la paz

Conquistas mis certezas, que conviertes en experiencias de una vida real que consume lo malo y estira lo bueno. Nos rescatamos en un mundo de complejos análisis de los que aprenderemos muy mucho. Las controversias deben quedar atrás, y debemos sustentar nuestros movimientos en paciencias coloristas que nos entronquen con los verdaderos intereses de la naturaleza, que nos ha de ayudar a ser nosotros mismos. Tenemos coraje para nadar en mares profundos, y seguro que nos mantendremos en paz. Lo necesitamos.

El toque milagroso

Quiero que sepas que la noche te pertenece, que soy tuyo en ella. Deseo que conozcas que el día ya no es mío. No soy por la distancia que nos hemos generado. Te sonrío, pero de nada sirve. No me ves. Me siento desterrado en una vida que se acompleja por el paso de los años, que ya no atienden a las mismas razones. Te amo desde que era un niño, aun antes de conocerte. Ya sabía de ti. Sueño con la ropa que compartíamos, y confío en que las aguas vuelvan a su cauce. La existencia tiene su propio azar, sus derroteros, sus influencias confiadas y realistas, y ahora toca aguardar ese instante de toque milagroso y simpar.

Los buenos años

No me digas que no puedes, que sí eres capaz de superar cualquier envite de una existencia compleja. Nos amamos desde que éramos niños de cuna. Nos hemos enseñado a sentir desde la experiencia más maravillosa, y ahora nos detenemos para confortarnos por lo que ocurre, que es destacada apariencia con ropas de invierno de camino a la primavera. Nos hemos puesto esa coraza que nos enseña a vivir en la calma de los buenos años, que fueron y que volverán.

La levadura que nos alimentará

Me quedo con ese amor que me propone vivir con otro aire. Siento que las cosas tendrán un carril que seguir casi sin contemplar los vaivenes que irán surgiendo. Mejor así. Nos levantaremos de buena mañana para corretear por un mundo impreso de mejorías, de grandes sentimientos. Nos amaremos del todo, en parte, por un sí que es no, por una levadura que nos alimentará en la distancia. Te quiero mucho.

Todo sentimiento

Corro hacia ti con mucho amor, ése que provocas sin mover ni un dedo. Te miro, y soy yo mismo. He creído en lo que me aportas, en lo que supones en un universo que ya no es complejo como al inicio. Te insisto hasta que dices que pare, pero no lo hago, no del todo. Me instalo en tu corazón, que me alimenta y me da vida. Eres sentimiento, todo en ti.

Protagonistas en solidaridad

Damos ese ánimo que nos insiste desde la distancia que añade más y más deseos. Nos enamoramos en ese trayecto que nos genera sentimientos contrarios, hasta contrapuestos a aquellos que no nos aman tanto como dicen. Otorgamos ese afán que es triunfo en un escenario configurado para detener el tiempo, que es el símbolo del presente y el pasado. Nos ahogamos en un teatro que hemos dispuesto para ser dichosos. Podremos renacer en una historia de protagonistas en solidaridad.

Por delante para quitar las piedras

Conformamos el mundo que nos quita complicaciones y nos inserta el pan de la voluntad divina. Nos tomamos ese empeño como propuesta solidaria y misericordiosa. Nos hemos enseñado a ser nosotros mismos con unos frágiles papeles mojados en los que escribimos nuestros nombres. Todo se ha borrado, pero sé que volveremos a colocar luces sobre las sombras que no borrarán lo que somos y lo que pensamos. Vamos por delante para quitar las piedras del camino.

Paraíso en la tierra

Estaremos juntos hasta ese fin de un mundo conocido que ya no sabe igual. Estaremos en esta era y en otra más, y soñaremos con extender las manos que antes nos unieron hasta decir que se acabó, aunque parezca que no. Nos daremos esa intencionalidad que nos provocará más anhelos de cambiar para mejor, para tocar esa raíz que ya no será problema. Nos otorgaremos ese tesoro excepcional que nos portará al paraíso en la propia tierra.

Seremos para nosotros mismos

Vencemos al miedo con amor, con cariño a raudales, con gotas de agua de entrega que nos convertirán en océanos de sensibilidad, de camaradería, de apoyo. Nos colocaremos a la vanguardia de una lucha que no es pugna, que es sabor de belleza, pura hermosura. Nos adularemos con la fuerza de un universo que nos dictará otras normas más silentes. Nos olvidaremos de lo que somos para los demás, y seremos para nosotros mismos.

Una suerte maravillosa

Queremos demostrarnos ese amor que nos luce como los ojos en unas fiestas que conocen la primavera. Salimos a tomar lo poco que queda, que es todo en un linaje de penumbras y deseos de paces que están por hacer. Nos acercamos a la memoria de una estirpe que nos regala sus estandartes y su suerte, que ahora es, como antes, maravillosa.

Renovar el ímpetu

Curioseamos por un mundo que surge cada día con nuevos problemas, que podremos afrontar. No debemos bajar esa guardia a menudo costosa. Nos levantaremos con la moral en su sitio, dispuestos a cambiar los rumbos de unos reflejos que nos deben apoyar casi del todo. No estamos preparados para un adiós, pero sí para renovar ese ímpetu con el que viajamos en otros momentos, que ahora vamos a recuperar. No solo lo diremos: lo haremos.

La mirada sencilla que nos destapará

Adiestramos los corazones para que sean fuertes, pero no han de serlo tanto, no en esta locura que ahora nos inunda como si todo estuviera en su sitio, cuando no lo está. Nos ensalzamos como si fuéramos propuestas reales en una etapa en la que el humo desestabiliza todo cuanto sentimos. Nos quedamos con la mofa en la cara, con la culpa en los brazos, con la vuelta a un entendimiento que resuelve los problemas con un sentimiento que ha de incrementarse hasta que nos volvamos a amar como en esos comienzos que nada nos condicionaba. Nos hemos quebrado el ánimo, sí, nosotros mismos, pero seguiremos con una mirada sencilla que destapará todo cuanto somos.

Un amor lindo, glorioso y eterno

Me convienes en esta noche que alegra el día con una voluntad que manifiesta hacia dónde debemos ir. Nos hemos convencido de aspectos de lealtad que nos alentarán con una promesa de recia factura. Nos comunicamos algunos pensamientos que nos cubren de un amor lindo y de una gloria eterna con la que cabalgaremos en cientos de espectáculos donde seremos espectadores y protagonistas no destacados según la sencillez o la complejidad de los actos, de las escenas, de lo que se presente. Hoy tenemos todo tan claro que lo dejaremos así hasta mañana, que será el último día para no tomar decisiones.

Ya estamos en la onda

Me sorprendes con tus palabras, con esa ida precipitada a un lugar de deseos no corroborados. Me aciertas cuando me golpeas de lleno en un punto crucial que me termina de matar. Suelto los instrumentos de la batalla y gano en un campo de complejas diversiones donde nos quedamos tan solos como al inicio. Nos tenemos tú y yo, pero aún no acertamos a descubrirlo. Ya estamos en la onda.

Nos vemos en el espejo

Complicamos algunas escenas con unas memorias frágiles que nos otorgan más dudas que otra cosa. Nos amarramos a esas columnas que hemos colocado de manera artificial, y nos volvemos como esperando milagros que tardarán en venir. Nos hemos ahogado un poco más de la cuenta que no caracterizamos, que ya no definimos, y portamos sombras enormes y farolas que ya no alumbran como al principio. Nos tomamos esa taza de café que nos hace vernos en el espejo. Hemos perdido demasiado tiempo para correr otra vez.

Instantes de entrega absoluta

Consentimos un camino de esperanza que nos nubla la vista a la menor oportunidad. No estamos encima de esa victoria que anhelamos, que precisamos para ser felices. Nos damos esa fuerza que no es tal, ese sino que no aparece con la peculiaridad de los buenos años, ya esfumados, pienso, me repito, del todo, por siempre. Nos hemos agazapado a la espera de sentimientos de refuerzo que dudamos que aparezcan. Nos volcaremos en otros instantes de entrega absoluta.

El futuro dictaminará

Salimos del callejón del gato y vemos que lo que hay es igual o peor respecto a lo percibido o vivido, que no sabemos bien discernir. Regresamos a esa entelequia que es deseo con un guiso indultado, y apenas reparamos en los esfuerzos que hemos de hacer. Quedamos apresados en una esquina que nos ennoblece con sus ideales por conseguir. No cederemos en las convicciones. Que sea el futuro el que dictamine lo que podemos hacer o no.

Estamos en su búsqueda

Miramos por ambos lados y nos sentimos medio víctimas de la belleza que no terminamos de disfrutar. Quedamos en ese otro lugar donde aprendimos a ser nosotros mismos, y ahora nos reclinamos para saborear un descanso que supongo que nos hemos merecido. Nos ponemos a opinar de cualquier modo, con un linaje profundo y desgastado que nos devolverá las entrañas de esos seres que nos condujeron en un cierto momento y que ahora han de volver para decirnos el camino. Estamos en su búsqueda.

Así somos

Duermo en esta noche que no es noche, en este día que machaca las expectativas, que son combatientes virtuales que apenas toman forma. Nos tragamos esos avisos que no se corresponden con los puntos fuertes a los que nos gustaría agarrarnos. Nos devoramos nosotros mismos. Existimos, y ésa debería ser la fuente de nuestras defensas en cuestiones amorosas. … Somos vencedores en un mundo de caricias en vías de extinción. Somos la quinta parte del universo, y eso no se entiende. Tenemos flancos al descubierto. Ya no amamos como antes. Las capas no nos protegen. Somos propensos a los fracasos. Pasamos mucho tiempo intentándolo, y más en el fracaso, supongo que por temor. … Nos aprovechamos de los rayos del nuevo día, que se superpone a una cota de malla que no nos protege de los ataques de un amor que nos torpedea. Nos ponemos a prueba, y fracasamos. Así somos.

Verlo y disfrutarlo

Nos metemos en un entorno que no es natural. Perdemos en el duelo. Nos hemos cansado de esperar. Bostezamos. Alardeamos mientras recitamos los deseos que nos enseñan fantasías que son amenazas para la felicidad. Añoramos los buenos tiempos. Abunda una pesca de la que no nos percatamos. … Nos asomamos a territorios que reclaman batallas amorosas que tienen fortalezas emergentes. Tememos la escapada. Nos declaramos amigos de los experimentos. Nos volcamos. No hay facilidad. Nos quedamos sin imaginaciones. No queremos ir entre tantos asombros que nos lanzan por los aires. Hacemos números y preferimos no medir. … Podemos ver la brevedad que transmite mucha fuerza. Tenemos derecho a divertirnos, a sentir que somos un trozo de la Naturaleza con la dicha por montera. No es así. Lo sentimos. Nos muerde el destino, que siembra la duda. No podemos aspirar a ser resistentes por siempre. No ganamos, tampoco perdemos. Estamos en el ciclo de la vida, como todos. Lo mejor es verlo y disfrutarlo.

Te esperaré siempre

Sabes que sueño contigo cada día, cada noche, cada instante. Nos rodeamos de una visión que nos entorpece en los movimientos que deberían caracterizar cuanto somos. La cena ya no es esplendorosa. La ambición ya no favorece. No podremos vivir en la facilidad. Hoy no somos. Nos quedamos en el umbral de la noche que no nos da una oportunidad. No seguimos por el mismo derrotero de antaño. Nos miramos, nos sabemos únicos, pero también conocemos que debemos continuar por este camino que ahora no se entiende. Sé que coincidiremos. Te esperaré siempre.

la expectación silenciosa

Nos prometemos mucho amor del bueno. Nos tenemos ante la burla de cuantos nos reclaman con diplomacias enojadas. Nos decimos que sí con un no disidente. Nos hemos convertido en reliquias en una comida sin comensales. Caemos en la amargura, pero no tenemos rencor. Esto se superará. Pasan los meses. Tenemos señales que nos dicen que estamos vivos. Nos cubrimos de inscripciones rutilantes y extrañas. Marchamos al compás de una expectación que guarda silencio.

Lo nuestro es bueno y natural

Progresamos en este amor que no espera. Nos quedamos sin razones, pero yo traeré más. Tengo sinceridades para mí mismo, y para ti. Te guardaré escondida con tantas cosas que no nos hemos dicho, ni hecho. Nos espera el amor en alguna parte, pero hoy no tenemos prisa. El agrio lamento pasará, y tú estarás conmigo. … Te encuentro en este lugar de amor profundo. Nos hemos dado tanto cariño que hemos gestado fuerzas descomunales. Me gustas más y más. No es fácil seguir con tu ritmo, pero lo haré. Te demostraré que te merezco de algún modo. Nos irá bien. Practicaremos la fórmula de un verano que destapará lo que sentimos. … Te busco en este nuevo monte donde compartimos horas, minutos, segundos, y, antes que eso, días infinitos. Brillamos con la suavidad que nos hace bellos. Nos hemos enterado de que estamos hechos para no separarnos, y eso es lo que haremos. Lo nuestro es bueno y natural. No cambiaremos.

No lo sabemos del todo

Soñamos en esta noche que disputa la carrera de la vida, que apenas dura con el suficiente margen. Corremos de principio a fin, pero no conservamos el suficiente corazón para superar las pruebas. Continuamos un entrenamiento que nos quita la conciencia. Nos presentamos con una candencia espectacular. Tenemos un buen día, pero no lo sabemos del todo. Nos acercamos a las buenas noticias que no nos olvidan. Nos marcamos unos objetivos que nos quitan del camino de la razón. Lo subjetivo nos supera. Hemos aguardado una emoción que nos asalta con competiciones y dudas de todo género. Nos quedamos con la apuesta en las manos. Nos hemos sorprendido.

Pensamos que puede ser

La vida nos corrige a la menor ocasión, pero aún así aprendemos. Nos regalamos amor. Queda claro. Nos da rabia. No estamos contentos. La flexibilidad acelera el rendimiento, pero hay un momento en que no puede ser más. Estamos en todo ese tiempo que ya no es tan brillante como el primer día. Pensamos en esa nada que es todo. Escuchamos qué hacer. Volvemos a insistir. Sufrimos la conciencia que es crucial en las demostraciones de un amor que lucha contra los aplacamientos de los porcentajes. Nos hemos protegido con recomendaciones que no estiman lo real. Restauramos el empeño, que no focaliza igual. Vivimos en una cueva donde no crecemos con la plenitud deseada. No nos damos esa reafirmación en cuestiones de cariño. Los colores no los vemos de la misma guisa. Nos suscribimos a esas vacaciones que nos hidratan las ilusiones, que nos hacen presumir sin soportes básicos. Puede ser, o eso pensamos.

El hastío nos puede

Hace tiempo que me veo solo. No me quejo. Bueno, un poco sí. Estabas y no estabas, como yo, más o menos, con consultas extrañas que estamparon sus huellas en agonías vecinas. Nos quedamos con el alma en vilo, con el honor resistiendo a duras penas, con la memoria perdida por el paso del tiempo. No diremos más. Nos hemos ido agotando. Las consultas nos han desesperado, y ya no atendemos a razones, si quedan en parte alguna. No estás, como yo no he estado, como no hemos estado ninguno de los dos. Miro, contemplo con un cierto detenimiento, y aprendo que el sufrimiento no es cosa de un día. Te tomas la revancha del destino que yo mismo he marcado. Decimos ese adiós que no es despedida, ésa misma que no pronunciamos, y nos vamos sin música a otro comienzo que de momento no queremos en parte alguna. El hastío nos puede.

Vuelta a la protección

Apuramos las últimas horas pendientes de la llegada de un día nuevo, de ese momento que estiraremos para ser nosotros mismos tras el combate que hemos librado. Ya estamos bien, o mejor, o algo así. Calcamos soluciones de otras eras, que nos facilitaron salidas airosas y poco torpes. Eso nos pareció. Estamos libres de tanta desazón, de influjos externos que nos ganaron una partida que no iniciamos. Volvemos a la etapa del cristal que nos protege.

Un nuevo día

Ha llegado. Parecía imposible, pero aquí está. No hay que molestarse, no debemos. Hemos colocado esas premisas que ahora nos indican hacia dónde ir. Nos hemos sentido mucho mejor. Las convenciones nos han dejado en ese sitio en el que aprendimos a ser más pacíficos. No hemos entendido lo suficiente para salir de una espiral que nos regaló locura. Nos hemos enseñado a vivir, a comprender desde el viento de la distancia que ahora recorre todos los poros de una piel que añora. No digo más. Lo importante es la llegada de un nuevo día.

Así es, y así será

Escuchamos a esas amistades que nos dicen qué hacer, qué decir, pero también debemos pensar en el camino del corazón, que nos hace ver a un dios elegante y deseoso de nuestra felicidad. Nos volcamos en experiencias de dichas elocuentes que nos conducen por caminos de recio entendimiento. Nos hemos dicho que somos capaces de amar, y así es, y así será. El sacrificio no ha de ser un obstáculo, no en nosotros.

Una realidad más que posible

Vigilamos hasta que detenemos la mirada en ese pecho que durante un tiempo nos confortó. Nos ponemos manos a la obra que no es tal. No hay trabajo, no hay faena, cuando nos movemos por los conductos de un amor que hermosea por doquier. Nos llamamos a un orden que vierte las razones con unas intenciones que nos influyen de muchos modos. Somos la realidad más que posible, y toca que lo entendamos.

Nos subimos a esa noria

Complicas todo desde la sensación de una mirada que nos ama tal y como somos. Nos ubicamos en ese camino de sarmientos que nos llevan con el viento embriagador, paciente, superando la línea delgada del amor. Nos hemos convencido de estructuras de cariños blancos que nos rodean con sus magníficos colores de la emoción intensa y alegre. Nos subimos a esa noria de la victoria que no caracterizamos, y recordamos que las modas se rompen con unas caricias que no damos, pero que exprimiremos.

Más que nos querremos

Presentamos un ritmo que es marcha con signos de agotamiento. Nos recordamos unas intensas vidas que fueron sueños de otros, pero que haremos nuestras sea como fuere. Nos entendemos en ese paso estrecho que nos incluye en un lugar apetecido. Somos reales como la vida misma, y hemos de demostrar que somos inteligentes para conservar lo que nos merece la pena más linda. Quedamos para asegurar que todo es entendible desde esa atalaya que nos ha configurado. Nos queremos mucho, y más que nos querremos.

En alguna parte, en algún tiempo

Te deseo desde el primer día esplendoroso que nos rodeó con sus simpatías y sus alegres presencias. Nos elegimos casi sin querer, sin saber lo que ocurría, que sucedió. Nos hemos recordado en cada jornada. No hemos sido valientes, sí, lo sabemos, pero aquí estamos pese al tiempo. Hemos dado cal y arena espirituales para asumir que el destino nos ha de unir en alguna parte, en algún tiempo. Seguro.

No apareces, no te veo

Te mando mi cuerpo herido mientras sana mi alma, que te ve como ese espejo que es. Me puedes entre caminos de victoria que nos regalan un asomo de triunfo callado, simulado, casi interesante. Nos quedamos regazados e intentamos decir que nos queremos sin darle más vueltas de las debidas. Nos comentamos algunas cosas que no llegan; y no apareces, no te veo.

El amor por dentro

Nos sinceramos ante lo que ocurre. Nos ponemos valientes y solidarios mientras llueve con sal y dolor atrasados, rotos por el aire que respiramos, que hoy, como ayer, ahoga un tanto. Nos sumamos a las características de unas razones que nos pueden casi del todo. Hemos sido fuertes en la victoria que nos deja a pecho descubierto, y nos proponemos volver con la administración de una salida que no vamos a tomar. Llevamos la procesión amorosa muy por dentro.

En mi mirada

Consulto mi amor, y te veo. No puedo concebirlo sin ti a mi lado. Has generado tanto sentimiento que ahora no sé dónde colocarlo sino es en tu cuerpo, al que alabo y adoro como a una diosa, que lo eres. Te has mostrado con una dulzura que ahora recuerdo con una mimosidad que todo lo propone. He sido por ti, y por eso siempre estarás en mi mirada no atrevida.

Un tono ideal

Consumo ese momento, ese instante a la fuga, que me recrimina la falta de un cariño que no veo. Te llamo con una atención que me propone un techo que no me cubre. Vengo y voy con una destreza que me impone un regreso sin cargas ni voluntades llamativas. Nos hemos agasajado con una voluntad que es media, que es versión y sintonía. Nos llamamos amigos de la verdad, y lo somos, y lo seremos. Te ofrezco un tono ideal.

Más será

Te beso en ese cuerpo que me reitera su donaire, su altivez, su anhelo de superación. Estamos formidables, sobre todo juntos. Nos subimos a la cima de una era que nos enseña qué debemos hacer. Nos hemos encendido con una ferocidad pacíficamente amorosa. Nos recordamos que tenemos mucho que decir, y así es con intensidad variable y despejada. Nos damos mucho. Más será.

Tiempos del amor

Reiteramos una probabilidad que nos indica hacia dónde ir. Hemos comprendido todo lo bueno, e incluso lo que no nos hacía tanto bien. Nos reafirmamos en voluntades de carencias infinitas, y ahora nos rescatamos de unos afanes que se han vuelto obsesivos. Nos damos un caramelo que arregla motivos de verdad, y nos informamos de vicisitudes que nos arreglan los corazones confiados. Nos asociamos a los buenos tiempos, que son los del amor casi exclusivamente.

Ya sabemos lo que sentimos

Cumplimos los planes de un sistema que se basa en la materia en vez de en el espíritu. Nos damos altas y bajas con unas normas que nos hacen asimilar todo lo bueno que tanta falta nos hace. Eres mi amor, el amor, la luz de un cuerpo encerrado en sí mismo y que no gana carreras de paisajes complejos. Investigamos en nuestros corazones, y lo cierto es que hay poco que mirar. Ya sabemos lo que sentimos.

La voluntad como derecho

Me declaro rebelde por tu causa, que hago mía. Te reitero esa vida que no es existencia determinada por lo sencillo. Lo sabes perfectamente. Nos envolvemos con un paño que decora el museo de las dudas medio razonables. Perdonamos lo que sentimos, que es cúmulo de anhelos con inflexiones que terminan de empezar. Nos gustamos mucho, y la voluntad es hoy más que nunca nuestro derecho.

Nos tendremos un poco mejor

Te recuerdo mis deseos, que aplican la norma que defiende el amor como causa mayor en nuestra relación, que se tambalea por momentos. Nos hemos acostumbrado a vivir en la paz de unas alturas que nos permiten vivir el esfuerzo mayor de un reino más que cómodo. Nos comunicamos lo que vamos a hacer, y nos radicamos en unos puntos donde nos hallaremos como somos o puede que un poco mejor. Nos tendremos.

Volver al espacio donde respiramos

Nos implicamos en ese doble camino que nos invita al esfuerzo mayor de la vida con un reino de veleidades que nos conforman a trancas y barrancas. Hemos encontrado muchas intenciones que nos hacen comparecer como seres solitarios que no terminan de comprender los misterios de cuanto ocurre por un universo de hechos profundos. Nos convencemos para volver a ese espacio donde respiramos con más facilidad. Ahora nos redimimos un poco, un tanto, y perdemos emociones intensas de otros capítulos que se quedan sin final.

Ante el cielo benéfico

Sueño en esta vida con tenerte, con sentir el calor emergente de la salvación gracias al amor que nos profesamos y que nos tendremos. Hemos abrazado las razones de un cielo tentador y benéfico. Hemos sido llamados a la ceremonia de una situación que nos reserva lo mejor de nosotros para confortarnos en el umbral de la no batalla. Nos creemos lo que decimos porque, pese a todo, el cariño vence resistencias.

Por el orden que sea

Señalo lo que siento con un enorme entusiasmo que rescata lo mejor de nuestro interior. Nos abrumamos ante la perspectiva de una voluntad que nos devuelve a un campo de aprendizajes repetidos, leales, sin cuestionamientos. Nos hemos propuesto ser de verdad, con besos y abrazos, con una resolución más que manifiesta, y nos dedicamos a contarnos tantas cosas que sé que algún día podremos modificar los pasatiempos con más hambre, amor y humor, sea por el orden que sea.

Aprendiendo a compartir

Reflejas mucho amor en esos ojos de profundo deseo. Nos tomamos ese azogue que es respiración de aire sano, nuevo, salvador, y nos encauzamos en una comunión de intereses más que reales. Estamos listos para ser más entregados a las decisiones que nos aliviarán de cargas y tensiones inútiles. Hemos aprendido a compartir, y eso disipará cualquier mal.

Ya pararemos de contar

Has superado todas las expectativas con una guarda que me custodia con cuentos de todo tipo. Nos valoramos con una valentía que nos propone existir a lo lejos y en lo cercano; y susurro al oído de lo menos extraño lo que es sentimiento un tanto herido. Nos ahogamos en algunas penas de las que el tiempo nos sacará. Hemos sido dueños de un destino que se fuga, y ya pararemos de contar.

No espero más

Sé que ha llegado la hora del adiós para la eternidad que hiere y mata con la ignorancia y con mucha soledad. Quedamos apresados en un porvenir que nos derrite con voluntad preciosista que nos desgarra por dentro y por fuera. No vemos lo que sucede en este mundo de derroches con influencias desastrosas, superlativas, liberadoras de lo que ha sido pensamiento y actuación con el paso de ocho tiempos. Ya no espero más.

Ya no entiendo, ni quiero

Las cenizas vuelan por ese aire que hemos compartido. Ya no soy yo, ni tú eres tú, ni lo que fuimos es de algún modo, ni será. Escuchamos el valor de lo no dicho y nos sinceramos ante la apatía que nos devuelve al ocaso de los tiempos, que tiemblan como yo, como ese niño que soy y que vuelve a quedar solo en la nada, de nada, por nada, por lo que no existió. Ya no entiendo, ni quiero. Hoy no, ni mañana.

Testigos del amor

Obedezco a este nuevo tiempo que llega en envase y sin voluntad de tregua. Nos comunicamos con un afán que sacía lo que pensamos. No reservamos fuerzas estrategias para cuando volvamos a esa estrella donde podremos ser un poco más felices. Nos exigimos unos planteamientos de veracidad relativa y sentimos que todo es un poco mejor cuando queremos darnos cuenta. Seremos testigos de este gran amor.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Olvido y perdón

Medito sobre tu amor, sobre lo que sientes, acerca de lo que haces, y solicito que todo tenga una vuelta hasta llegar a ti con ese cariño que nos hará suficientes. Estamos alocados en esa espera que nos congratula con sus invenciones y fruslerías. Hemos dicho todo lo que pensamos, y ahora reclamamos el derecho a un olvido con su perdón incluido. Así será, pase lo que pase, cueste lo que cueste. Te extraño.

Demasiado lejos

Cambiamos vida por vida, amor por amor, y erramos en la mirada, en el cálculo, en la situación que hemos generado. Nos queremos mucho, pero eso no basta para darnos la cuota de felicidad a la que tenemos derecho. Gestamos una amistad profunda que ahora dejamos en la estacada. Acabaremos en un buen puesto, pero demasiado lejos de la salvación.

Un camino empedrado

Pedimos la tabla de salvación que nos mantenga con vida el tiempo suficiente para ser nosotros mismos. Nos queremos con la fuerza de la infancia a la que querríamos volver para vernos y deleitarnos sin torpezas ni condicionantes. Hemos aplicado soluciones que dejan el camino un poco empedrado, quizá con un fondo demasiado difícil.

Una realidad, otro deseo

Alteramos el orden de las cosas y nos quedamos sin la seguridad para esta relación que nos gustaría defender a tope, totalmente. Hemos diseñado una actividad tras otra, pero no hemos pensado en su utilidad, que, sin duda, la tienen. Nos quedamos embarcados en una nave que no nos deja en ningún puerto. Acabamos tal como empezamos, acercándonos a las importancias que nos aseguran una voluntad, una realidad, otro deseo.

Ríos cíclicos

Queremos ir de la mano con una caricia que nos sirva de referencia. Los supuestos nos alteran los ritmos vitales con unas invenciones que nos recrean con actos de pensamientos superfluos. Hemos agarrado lo que nos conviene, lo que amamos, y ahora nos enseñamos unos dientes que son poderíos que nos rinden ante amores que ya no catalogamos. Los lugares nos dejan sus sombras con linajes y ríos cíclicos. No marcha el amor. Puede que sí.

Un cariño espantado

Coronamos algunas gestas con unos regresos a los puntos donde fuimos algo mejores. Nos tomamos las verdades por esas puntas que nos pincharon las manos con correas de transmisiones que golpearon con justificaciones y aliteraciones de penitencias en soledad. Nos tomamos esas manos que tan bien se entendieron, y ahora ya no hay libertad para un cariño espantado.

En busca del amor

Te digo que merece la pena en un escenario de preferencias alejadas de una mano y de otra. No soñamos, pero andamos cerca de ello, y quedamos con la emoción en una directriz a la que no haremos caso. Suspendemos casi todo lo que tenemos con una clarividencia que nos propone no sonreír en la distancia que nos puede, que nos gana, que nos afea la mirada al no hallar amor, al no tenerlo.

Pagamos con besos

Suplico que me des tanto amor como puedas, quizá más, para que pueda guardarlo en algún rincón de cuantos llevamos a medias. Suplicamos que las controversias se superen con ansias devotas de lo que somos capaces. Arañamos un ápice de sensatez con una búsqueda de lo más querido, y solicitamos que todo tenga un poco de satisfacción para llenarnos con unas voluntades más que tremendas. Nos señalamos con avaricias y deseos de paces cubiertas. Pagamos con besos.

Suplicamos ser un poco más

Vendemos un poco de humo con una fragua de Vulcano que anda de cualquier modo. Nos molestamos en el cambio de una guardia que no vigila como al principio. Nos detenemos en la mudanza que nos solicita corregir alguna actividad y un poco de más intención. Nos recordamos con lo que pasa, con cuanto sucede, y soñamos con devolvernos al régimen de sensaciones queridas. Suplicamos ser un poco más, mucho más, todo.

Volvemos con el combate perdido

No te olvides de lo que soy, de lo que te pienso, de la voluntad que rodea el sentimiento que tú generas. Nos provocamos un cierto hastío con una carencia que nos propone estar en otro lugar con una rareza más que creíble. Nos ajustamos a los sanos deseos de una versión que nos corroe con una realeza que no vamos a despertar en este nuevo momento que ahora nos invade. No estamos listos para el combate perdido de antemano, y por eso volvemos.

Estrechar lazos

No te pongas en esa tesitura que me ablanda el corazón con miradas que recorren todo mi ser. No entiendo lo que sucede, que me pone a prueba, y suplico que todo sea con la misma intensidad que pensamos en un primer momento. Nos ponemos a leer entre líneas y avanzamos los caminos de victorias que nos refuerzan en algunas convicciones. Es cuestión de estrechar lazos.

Podremos relajarnos

Nos declaramos victoriosos en el recuerdo que no escucha lo que llevamos en el foro más interno. Nos aconsejamos, pero no nos hacemos el caso debido, y así nos agotamos. Hemos preferido enterrar el amor que durante tanto tiempo fecundamos, y ahora nos colocamos en actitudes de vencidos. No estamos en la forma debida y rememorada por los otros, que son como nosotros, ni más ni menos. Podremos relajarnos.

Nos retenemos

Llega esta mañana en la que vuelvo a la soledad como único elemento de escapada. Pasamos las primeras horas con grados de felicidad que nos distancian del punto liberador. Nos contamos lo de siempre, y por siempre nos cansamos de volver al mismo nivel de importancias, que son relativas. Estamos quietos en rondas que nos marean, y nos retenemos.

Sufrimiento y esperanza

Simulamos las crecidas que nos hacen mediar sin paciencias. Nos hemos quebrado entre vuelta y vuelta superior, y sentimos que las cosas saldrán adelante como sea, con propósitos que nos enmendarán de cualquier modo. Simulamos qué hacer, y realizamos lo que es un posible amor de película desde la sensación que nos supera. Así es de nuevo, como siempre, calladamente, con sufrimiento y esperanza.

Deseamos que todo acabe

Nos prestamos esa mano amiga que tiembla pero es firme en sus convicciones. Sentimos que las refriegas han de servir en los momentos de la fuga más bella, y nos encontramos con una gracia que nos propone salir corriendo hacia ese inicio que podrá liberarnos. Estamos aterrizando en una nueva realidad, que es la misma, que nos devuelve a donde queremos. Deseamos que todo acabe de algún modo. Hablo de tu amor, del mío.

Nos poseemos en lo espiritual

Vencemos a los malos pensamientos con un flujo que nos porta al comienzo de una era donde somos esos aires limpios que nos harán ver a las diosas de un Olimpo de grandes amores. Nos convencemos de que estamos en la huída por un motivo, y estamos con ese convencimiento que nos propone juntar fines con cariños verdaderos. Seremos grandes con mucha verosimilitud. Nos poseemos voluntariamente en lo espiritual.

Bien o mejor

Venzo mis emociones y sigo la estela de tu amor, que me hace progresar con situaciones de otros tiempos. Vuelvo con la moral por los suelos, arriba, abajo de nuevo, con posiciones ingratas que nos acercan al punto ideal. Nos tomamos ese cariño de otros momentos con escenas de amores hermosos. Ya estamos bien, o incluso mejor.

Por algo más

Nos convocamos a otra cena de amor que nos distingue con un pasatiempo más que ideal. Nos dirigimos a ese lugar de memorias claras que nos anima a entender las cosas de otro modo, puede que mejor incluso. Nos ensalzamos con una memoria que colectiviza el ideario de los buenos momentos, que nos hacen entender que las cosas salen porque sí o por algo más.

Una identidad que nos amansa

Distinguimos el presente del pasado, y éste de lo que vale la pena en un grato lugar de pertenencias y de ánimos más que dichosos. Nos tomamos la copa de un amor que nos enseña a ser buenas personas por encima de todo. Te recuerdo por lo que vales, por cuanto eres, por las señas de una identidad que nos amansa para presentarnos más pacíficos. Eres la mejor: te lo repito.

Sabes por qué te amo

He dirigido mi visión hacia ti para intentar aprender de lo que ofreces en un mundo de complejidades y directrices de todo género. Hemos atemperado las razones para llegar a ese punto de equilibrio ideal, realista, querido porque sí, más, encima de algunas verdades, que lo son contigo y por ti. Sabes que te amo y por qué.

Eres lo soñado

Reacciono con una impronta de verdad, con un reflejo que me anima, con un punto de reflexión más que distinguida. Me pongo a tu disposición con una querida panorámica que me inclina a ser testigo de tu gloria, más que amada por criterios que me vencen al principio y en el final. No estamos en la misma línea: el tiempo me dirá lo que debo hacer. Estamos solos y juntos a la vez con una premisa que nos hará ver todo cuanto perseguimos. Nos apropiamos del destino, que ya nos pertenece, pese a todo. Eres lo soñado.

Ni tan bien ni tan mal

Bebo del viento de la derrota que antecede el momento del adiós, que ya está donde debe. Aplaudo ese instante que me hará vivir con una intensidad más que gloriosa. Nos llamamos amigos de la pura amistad que todo lo embarga, y siento que la memoria me ha de llevar por una situación de querencia más que plausible. Te defiendo por lo que vales, por lo que eres, por más que eso. No estamos tan bien como deberíamos, pero tampoco tan mal.

El sueño no defendido

Me asaltan las dudas en la noche. Se disiparán con el día, antes, después, nunca, como siempre. Sueño con los estropicios que me envuelven con sus sábanas blancas, con sus raíces postreras, con sus intenciones más o menos gratas. Simulo que los trances van y vienen con una vertiente subida y en cascada, y me pido una emoción que arrastra todo lo bueno que defendemos. Tengo mucho que decir, y que callar, y que romper.

Una medida que no calculamos

Pido ser en tus brazos mientras viajamos hacia el origen de un universo que atrapa. Nos sumamos en vez de restar, y soñamos con trances que nos harán superar todo cuanto imaginamos en una era de peticiones lideradas por otro sí más fugaz. Nos convencemos de estar donde debemos y somos entre viajeras intenciones que nos suman a cuanto tenemos, que está en un territorio de pesadillas. Nos hemos convencido de que podremos asistirnos con una medida que ahora no calculamos.

Volverá la alegría

Surge el nuevo día y soy un nuevo hombre a la espera de un nuevo milagro, que ya no eres tú. Has tomado tu ruta, y yo acepto tus deseos, como tú aceptaste los míos. Ya no hay ilusión, no como al inicio, no como cuando la inocencia nos atrapó sabiendo el porqué. Ya no mordemos con pasión esos silencios que nos cuadraron el círculo hasta decirnos que somos lo que debíamos ser. Me alisté a una gloria que ya no existe. Volverá la alegría.

Retorno a lo profundo

Somos una realidad, una propuesta, una asignatura sin nada pendiente. Nos distinguimos con procedimientos que nos dejan con superaciones que nos preparan para reducir los fracasos con exigencias que nos imponemos en un lago sin cisnes. Nos limpiamos de esas rémoras que nos hicieron ignorantes ansiosos de verdades profundas. Nos asignamos un retorno a lo más profundo con amistades que madrugarán.

Recetas de extraños

Gestionamos lo que no existe en esta madrugada en la que no estás. Me siento solo de solemnidad, como siempre, como antes, mientras espero un milagro que me hará eterno. Sé que te veo, que me miras desde esa corta edad que me provoca una asistencia que no termina de analizar lo que soy o lo que pretendo. Nos afirmamos con obligaciones que simulan anteriores recetas que nos convierten en extraños. Te mando un beso que pesa.

Sin promesa

Nos enfrentamos a nuestros fracasos, a los que hemos regalado a un destino que ya no es igual al soñado durante largo tiempo. Nos salvamos de una mirada que nos hacía temblar en el inicio de una cultura que ahora nos combate ante el amor que no respetamos. Buscamos esa pausa que nos haga descansar, y asistimos a unas situaciones de frustración que nos invitan a dejarlo todo, como así será. Ya no hay promesa de amor hermoso.

Los dos sabemos

Nos hemos dicho que el entorno lo es todo, pero no hemos cumplido con ese pensamiento, que nos pudo hacer mucho más hermosos. Nos convocamos a una cena sin reglas y seguimos como si la ignorancia debiera ser la base de la simulación. Hemos gastado un tiempo que no poseemos en sobrevivir ante la desgana de cuantos nos ponen en una prueba que obliga con una rápida sensación de paz que ahora vuela a ninguna parte. Los dos sabemos.

Nos cuidaremos

Viajamos a ver y a sentir con un asunto en los corazones sufridos, que ahora caen derrotados en una cuestión amorosa que sobrellevaremos a la menor ocasión. Nos damos un aviso de cariño azulado que ya no renta como en otras etapas. Nos metemos en algunas aventuras que nos amansan como si fuéramos fieras. Hemos estado en un lugar de apetencias claves que llaman en un baile que anuncia caminos. Nos cuidaremos.

Reflejo de lo que fuimos

Nos asfixiamos por la soledad a la que nos condenamos. Hemos optado por medidas rápidas, y éstas cabalgan sobre nuestras sienes, que ya no atienden las razones, que ahora comparecen con mucho dolor. Ha habido otra unión, la misma, la de antaño, y nos hemos dicho que no sin decir nada. Hemos rastreado por capas de dolor para optar por más equívocos. Ahora sí que no hay perdón. Fui el último y vuelvo a serlo con reflejos de cuanto ocurrió en esta misma fecha.

Una pérdida grande

Aventuro lo que soy con una voluntad manifiesta en ti, que eres amor y deseo con fluctuaciones que me llevan al portal de la nada. Averiguo quién soy en una esquina donde compartimos el deseo por una paz que no llega. Avistamos el futuro con una misión que se tercia imposible y real, y lloramos por la pérdida, por la grande, por nosotros.

Ser quienes necesitamos

Aspiro ese olor que me mengua, que me hace insignificante, nada. Lloro por la pérdida que me confunde. Soy dichoso en la parte de atrás de una mirada que me confunde. No te creo. Me convences de una actitud que remuerde una parte de la conciencia que no nos damos. No estamos en lo cierto, ni lo queremos, ni lo pensamos; y reclamamos un poco de voluntad para ser fuertes, para ser quienes necesitamos ser.

Una tregua que nos adelgace

Comemos hambre de amor, y generamos más hambre. Quedamos perplejos ante las sensaciones que nos oprimen el corazón, herido y ensangrentado por años de disgustos, de soledades, de paraguas rotos. Nos tensamos, nos desgastamos, y sentimos que la gloria ya no aparece porque no hay sentido en lo que hacemos. Nos distraemos en la larga estancia que previene sin tanteos primarios. No reparamos en otra tregua que nos adelgace.

Buscando nada

Vamos corriendo hacia ese amor que nos imprima un poco de carácter. Sentimos la viveza con un recorrido que nos impida entender lo que ocurre en una marea un tanto alejada de la versión oficialmente clara. Nos venimos a tomar ese amor que entregamos al tiempo con moraleja y un poco de mareo. Nos calentamos las cabezas para buscar nada.

Todo es extrañar

Sembramos ese cariño que nos portará a la divinidad de la ternura, que tanto precisamos para recuperar la actitud en la que nos movemos. Queremos ser felices desde la diversión y la verdad, y sembramos con aspectos enjutos que nos anuncian el punto de partida. Arrancamos palabras devotas de la tensión que queremos apartar. Estamos bien, pero solo a veces. Extrañar es el todo.

La seguridad que no tenemos

Voy a no verte, a sincerarme con la boca callada para que no seamos parte conflictiva de una situación que no hemos previsto. Nos permitimos saber y guardarnos de unas heridas que otros ocasionan hasta que decimos que vale y que basta para no ser nosotros mismos. Nos escuchamos en la lejanía para averiguar alguna seguridad que no tenemos.

Un futuro que no llegará

Efectuamos un reciclaje que nos busca con porcentajes que nos otorgan un aviso que no atendemos. Nos hemos informado de lo que vamos a hacer y hemos soñado con una regla que nos proporciona dolor y cansancio en la espera que nos domina. Nos controlamos un tanto más y elucubramos un futuro que no llegará.

Nos seguimos buscando

Nos aseguramos mientras faltamos a esa clase donde pudimos aprender a ser personas, a gozar de la felicidad más eficaz para solucionar muchos males de soledad que nos afectan. Hemos esperado algún milagro en la nueva misión que nos hemos impuesto, y ahora nos enseñamos una actitud que deja atrás el afán de odio, que no entendemos ni ahora ni antes. Nos seguimos buscando.

Empieza otra jugada

Pensamos que vale, y así es en esta coyuntura de gozo que me propone vivir en la paz de las maravillas, de las alturas que miran hacia cualquier parte más o menos sana. Sentimos que las gratuidades nos han de soportar con una grandeza de ánimo suficiente para aniquilar las intranquilidades que nos puedan rodear ahora y antes, siempre, porque sí. Nos hemos dicho que nos queremos, y, aunque no lo hemos demostrado, sabemos que es verdad. Empieza otra jugada.

Una fecha sin poner

Buscamos algunas posibilidades en esta nueva vida de sensaciones que nos regalamos al comienzo del día, que nos propone continuar moviendo una rueda que nos hace avanzar sin buscar nuevos afanes. Nos hemos aclarado algunos conceptos de una tranquilidad que quedó en el frontispicio de una era que nos hará realizar todo cuanto queremos con una fecha que no vamos a poner en modo alguno. Subimos y bajamos para relatarnos algunos intereses.

Deudores de cariño

Nos apuntamos al amor, a ser moderados, a descubrir cuanto llevamos en un interior que pena y que come de un plato que nos arranca cuanto somos para liberarnos de muchos compromisos. Nos insertamos como si fuéramos una página de anuncios por palabras guardadas de un alma que podría ser gemela. Nos confrontamos como si fuéramos víctimas de una razón que nos conduce por plantas crecientes. Hoy estamos arriba y sin compartir sentimientos de cariño que nos dejan como deudores.

Nos atrapamos sin red

Besamos las manos de cuantos aman el buen camino de la verdad. No hay energía en esta mañana, pero llegará durante el día. Nos lamentamos en exceso, y esa etapa, nos decimos, debe pasar. Nos acercaremos a las nuevas aguas que nos descubrirán cuanto es fuente de tranquilidad y de gobierno de nuestras propias existencias, conformadas para un conflicto que no ha de ser permanente. Nos atrapamos sin red.

Cuando nos pensamos

Me obligo a vivir en tu amor, contigo, entregado a la pasión que me recrea el ánimo, que es tuyo desde ya. Me apunto a tu misión, que me hace ser en lo posible con distracciones que me asaltan con dudas de género estelar. Nos empeñamos en estar bien, y lo estaremos con el paso de otro tiempo indicador de lo que somos. Nos ubicamos perfetamente cuando nos pensamos.

Predicamos amor

Sentimos que estamos en la forma debida con el paso de un tiempo que nos empaña la situación en la que nos hallamos en el transcurso de otro deseo ahora añorado. El sí es un no con una bruma que nos desprende de la maternidad a la que estamos fijados. Nos meditamos con una corta mirada que nos estropea lo más sentido. Estamos insertos en un consejo que no lo es. Predicamos amor.

Aprender a comunicar con el corazón

Conviene que tengamos en cuenta que, en cualquier proceso comunicativo, todo aporta información, incluso lo que no tenemos en cuenta a priori, durante o después de la propia comunicación. Asimismo, puede darse el caso de que comuniquemos algo hasta sin querer hacerlo. Un claro ejemplo de esto que referenciamos es, precisamente, cuando damos a conocer nuestro estado de ánimo en función incluso de la ropa que vestimos. Por otro lado, es cierto que no es fácil detectar sentimientos y lo que podríamos denominar como abstracto. No olvidemos que hay un aspecto intuitivo que, con la edad, vamos perdiendo. De pequeños, los niños y las niñas saben cuándo están en un ambiente seguro y confortable, sin necesidad de entender todas las claves comunicativas. Hay una especie de percepción que les llega, como un sexto sentido. Con el paso del tiempo lo vamos perdiendo. Por eso digo siempre que a comunicar se aprende comunicando, mirando a los ojos, fijándonos en las manos de nuestros interlocutores, etc. Igualmente, siempre defiendo que, cuando estemos ante alguien que desconocemos culturalmente, lo mejor es ir poco a poco, tanteando, viendo sus reacciones y sus motivaciones. La prudencia en estos casos es una ayuda para no errar y para no tener que enmendar actuaciones u omisiones que nos podrían "complicar" la relación. Como máxima apliquemos el pensamiento que indica que una imagen vale mucho más que una palabra. Tanto es así que influye en un 80 por ciento de la comunicación total que queramos realizar. Precisamente porque todo comunica, debemos tener en cuenta cuantas más vías de información mejor, con el fin de completar y de complementar los mensajes tanto en nuestro papel de emisores, cuando sea el caso, como cuando seamos receptores. Nadie niega que, para comunicarnos, hay capacidades intrínsecas o heredadas, en todo caso innatas, pero eso no quiere decir que no haya una serie de hábitos o de actuaciones que no las podamos aprender y aprehender paulatinamente. Recordemos que es crucial la capacidad y la buena disposición para ejercer o desempeñar una determinada tarea, función, empleo, etc. Por lo tanto, una parte sustancial en toda comunicación es la voluntad. Abundando un poco más en cuanto decimos, subrayemos que, como todo no se puede prever, si resulta que hay algo que no sabemos, lo mejor es reconocerlo honestamente y remitirnos a una ulterior ocasión, a donde llevaremos la posible solución o respuesta. Ante todo, debemos ser honestos y mostrarnos como humanos. No siempre se puede calcular todo. Según la doctrina conductista de la comunicación, hemos de atender, o atendemos, a lo que se denomina estímulo-respuesta, esto es, en función de como responden nuestros interlocutores a nuestros intentos de comunicación y en función de los propios resultados que cosechamos, así vamos variando nuestra manera de hacernos entender. Esto es básico y no ha de olvidarse nunca. Contemplar las intenciones Hay que aprender a mirar, a escuchar, a interpretar, a contemplar las intenciones y los deseos de los demás, y hemos de aprender a estar en comunión con los otros desde el respeto, desde la consideración, desde el sosiego, desde las buenas formas, desde la puesta en cuestión de criterios que se nos presentan como absolutos, teniendo en cuenta que todos, nosotros, los seres humanos, podemos juntos incrementar nuestras capacidades y habilidades en los planos intelectuales, espirituales y físicos. Es evidente que hay que conocer al receptor, y, cuanto más, mejor. Es claro que a todo el mundo no se le llega de la misma manera, puesto que cada cual tiene su mentalidad y su manera de aprender. Hemos de ponernos en el lado del otro: es lo que los griegos llaman empatía, empatizar. Solo si entendemos a los demás, seremos capaces de llegarles a la mente y/o al corazón. Quiero insistir en algo que conocemos desde hace tiempo, y que luego, por supuesto, no es fácil llevar a la práctica: el arma más potente que tenemos somos nosotros mismos. Si tenemos convicción y voluntad podemos llegar a donde queramos, tardemos lo que tardemos. Lo importante es no darnos por vencidos. Si, como a veces ocurre, hablamos con una “pared”, tendremos que intentar que esa pared tenga oídos e intenciones de atendernos. A lo mejor, y eso dependerá del interlocutor, debemos mostrarnos duros en unos casos o hipersensibles en otros para que ese posible muro se desmorone. La estrategia, la que planteemos ante cada supuesto, nos ha de llevar al receptor: ésa ha de ser nuestra conquista máxima, cueste lo que cueste. Y cuando las personas o las situaciones con las que tratamos son difíciles, complicadas, no enclavadas dentro de lo que podríamos clasificar como “usuales”, hay algo indispensable que hemos de esgrimir: para comunicar ante personas especiales, ante personas con una gran sensibilidad u hostilidad incluso, diría yo, hace falta que hablemos con el corazón, dando a entender siempre, demostrando, que creemos en lo que decimos, y, fundamentalmente, que creemos en ellos y en ellas con independencia de sus circunstancias. Además, como máxima os digo que cuando en vuestras vidas, también en materia de comunicación, no sepáis qué hacer, seguid, como dice El Principito, "el camino del corazón". No es poco.

Hemos aprendido la gran lección

Me quedo con ese amor que me provoca un deseo de vivir y de sentir que todo es una plenitud que me hace arder con el ansia en el cuerpo, dispuesto a compartir todo cuanto es y quizá algo más. Nos subrayamos unos gratos anhelos de aspirar a ese tono que nos refresca con una gratuidad que no vamos a baremar. Nos llamamos amigos porque lo somos y lo seremos por siempre. Hemos aprendido la gran lección.

Me haces ser yo

Mendigo un ápice de tu cuerpo para ser yo mismo, para nutrirme con lo que soy, con cuanto espero. Me conformo en la larga llamada que me provoca ansia de besarte, de amarte y de conseguir la conformidad en la que somos un poquito más en el proceso de crecimiento como personas civilizadas. Apañas cualquier torcedura y me haces ser yo.

Hartos de no poder

Facilito mi amor, que guardas en una alforja que ya no abres. Quitamos algún punto de vista que no otea más allá de ese mes de la despedida. No tenemos el vigor de antaño, y nos apenamos sin liderar las actuaciones de una cierta libertad, ahora atrancada. Nos convencemos de un poco menos. Ya estamos hartos de no poder mucho más.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Toques, bailes y demás deseos (Entre dudas)

En la misma barca

Nos hemos jurado
estar en la misma barca
a pesar de la tormenta
que se aproxima
sin demora.

No sé
lo que ha pasado.
La vida muestra
tantas inteligencias
como somos capaces
de entender y de atender.

Nos corregimos
con un poco de gracia
que eterniza las figuras
más comprensibles.
Lo mío te pertenece.
No hace falta
que insista en ello.

Has cautivado mi ser
con una fortuna
que aprecia
como un regalo
de pensamiento
todo lo que es afición
y realidad.

Te cuento,
me callo, me sanas,
me inclino hacia ti.

Me faltan sentimientos

Acomodas tu ser
a lo que yo soy
con un poco
de más trasiego.

Hablamos de nosotros
con sencillas miradas
que nos proponen
llegar tan lejos
como sea posible.

No hay un lenguaje
de derrotas
cuando se trata
de ser más y mejores
entre sentimientos profundos.
Nos gustamos.
Hemos aprendido
a tocar sin arrebatos.
El cauce lo ponemos
en las realidades
más estimables.

No vamos a fracasar
ahora que nos perpetuamos
en la caricia
más comprensible.
Nos ponemos en forma.
Pescamos en una pecera,
y eso supone
un poco de trampa.

Nos podemos permitir
que las cosas se demoren,
pero no podemos consentir
que nos falten
los buenos sentimientos.

Mostramos querencias

Juntamos lo que es
con un rostro
de paciencias
en la utilidad
más hermosa.

No sé qué
podemos hacer.
Iremos allá,
donde haga falta.
Hemos corregido
el afecto
con un criterio sentido,
lleno él de pasión
y de algo más.

Hablamos
de tonos diversos
con impresiones
que nos acercan.

El calor
que nos encumbra
aproxima velas
que encendieron
los hados buenos
para iluminar
lo que sentimos.

La comunión
nos impresiona
con cargamentos alados.
Nos mostramos querencias.

El quinto elemento

Corres hacia ese quinto
elemento que no sabes
descifrar bien.
Huyes de una realidad
en la que somos
el gozo sin sombras.
Las pasiones nos liberan
de una razón
que produce más ansias
de paz real
de las que podemos señalar
en un azulado papel
de esperanza sin trampas.

Te cuento
un poco más.
La existencia nos sorprende
con una llamarada
de pensamientos
y guisos de penitencias
rotas y variadas.

Amor sencillo, amor verdadero

No venzas
al dolor hoy,
ni mañana,
ni pasado.

Eres esa imagen
en la que todos
creemos
un poco más
y mejor.

Nos damos
un poco de pasión
para divisar
las letanías
con improvisaciones
de larga factura.

No sabemos
ni mucho ni poco
ni nada de nada.
Hemos aguantado
todo lo que es,
o un poco más,
con cartas
que ajustan
hasta donde pueden.

Nos señalamos
con una voz
que muestra
el desgarro fusionador
de tres vidas.

Juramos un amor
que nos hará felices
porque es tan sencillo
como verdadero.

Por peteneras

No entiendo
por qué las cosas
se complican.
Nos recordamos
como lo que fuimos,
o puede que con algo más.

Hemos asistido
a ceremonias
que nos insisten
con refuerzos
un tanto alejados
de la realidad
de las cosas,
que comprendemos
con ese sí
que nos informó
de la cautela
más entendible.

Nos hablamos
de amores buenos,
y ahí estamos,
prestos a que el todo
sea la parte,
o un poco más.

La vida es
lo que dejamos que sea.
No le demos más vueltas
de las necesarias,
salvo para bailar
por insistentes peteneras.

Podemos ir y bailar

Te diriges a ese lugar
donde el todo
es una parte
que democratiza
lo que podría ser
una mirada
entre tiernas intenciones
de una paz
que agarra
todo cuanto puede.

Nos hemos liberado
de ataduras
en las que caímos
sin querer,
sin entender
lo que nosotros mismos
hemos creado.

Nos influimos
con unos ánimos
que desprenden
el calor de una memoria
con la que llegaremos
donde haga falta.

Hemos dicho
que estamos hechos
el uno para el otro,
pero, realmente, es así.

Hemos comprendido
por dónde podemos ir,
y bailar...

Aprendemos a caminar

Aclaras todo mi ser
con un poco de entusiasmo,
con más que eso,
con lo que soy,
que es pesebre
para tus dudas,
intersecciones
para un aprendizaje
mucho mayor.

Nos sentimos orgullosos
de unas cautelas
que nos proponen
empezar cada día
como si fuera el primero.

Nos hemos dicho
que todo vale,
y suponemos
que así es ahora
que todo es ese linaje
con el que aprendemos
a caminar de verdad.

Siempre por ti

No te indispongas
con los criterios
de una racionalidad
que libera todo
lo que somos.

Nos llamamos amigos
mientras lo somos,
que lo somos
y lo seremos
entre alegrías
y algún que otro
llanto candente.

Me has puesto
en una duda
que elimina
cualquier desazón.
Haces de mí
lo mejor de mí mismo
y soy por ti,
siempre por ti.

Los ojos que todo lo curan

Alimentas mi ego
con más emociones
de las que puede
contener mi alma,
callada y cansada
de esperar milagros
que no llegan.

Sufro entre bordes
y bondades
que no son mías.

Simulas un amor
que zapatea
con intensidad.
Soy yo,
y yo soy tú
en el silencio
de la noche,
que todo lo puede.

Alegro mi vida,
o algo así,
mirando esos ojos
que todo lo curan.

El altar del aprendizaje

Me das ese altar
donde subo
con la fuerza de siempre,
con el empeño
de ahora,
con la suerte
que me regalas.

Hemos quitado
hierro y visceralidad
a lo que no entendemos,
y nos ponemos
como creemos
que hace falta.

Hemos dicho
que sí
porque sabemos
que lo nuestro,
de algún modo,
debe funcionar.

No hay heridas
a largo plazo,
si somos capaces
de curar
lo que hasta ahora
ha sido espanto.
Cuéntame
lo que sabes,
aunque no sea todo,
y yo callaré
para aprender de ti.

Espero no equivocarme

Nos recordamos
por lo que pudimos ser
mientras todo lo distraía,
o se distraía.

Nos hemos solicitado
un poco de amor,
y éste llega
pegando tropiezos,
como no entendiendo
casi nada.
Nos hemos llenado
de ventajas
que nos hacen perder
a la menor ocasión.

Nos damos
esos dictámenes
que rememoran
lo que es.

Nos hemos puesto
manos a la obra
y en ello estamos
por siempre.
Nos hemos fatigado
de tanto esperar.

No será a la larga.
Espero no equivocarme.

La gran verdad

Te has aburrido
de la larga espera
que consume
el combustible
que derritió
lo escaso.
Nos pedimos
un poco
de buen humor
mientras nos distraemos
en la voluntad
más entendible.

Somos
en la gran verdad.
Eres ese terremoto
que me hace acelerar
el paso
en el ya auténtico
medio camino.
Gracias por ser
la certeza,
o algo así,
en este nuevo baile
de misiones posibles.

Al abordaje del cariño

He abordado
mi cariño
con un tono
que parece pegado
a la realidad
que me embarca
en una nave
con tu apoyo
y tu nombre.

Has llenado
de secuencias
mi vida,
que ya no tiene
recuerdos.

Hemos dicho
que todo vale,
y no es así.
Faltas tú,
cita ineludible
en este nuevo planeta.

Tu todo

Suspiro
por ese amor
que no es
ni tuyo ni mío.

Pido
que me des
una tregua
de ésas que tú
solo sabes.

Te has enganchado
a mi cuerpo,
como yo al tuyo,
y todo lo supero,
mientras ocurre
lo que ya ni pienso.

Creo en todo
lo que haces
mientras aguardas
un milagro mayúsculo
con tu arte
y con tu todo.

Volverá el fandango

Andas
de un sitio a otro
como si el mundo
se acabara.

Puede que sea así,
pero no se lo digas
a nadie,
ni a ti misma.

Tenemos tiempo
para lucir la pasión
que fue memoria
y ahora se hace realidad.

Distinguimos lo que somos
con calor y deseos.
No paremos.
Hemos sido completos,
y más que lo seremos.

Sellamos caricias
con simples distingos
que nos ponen de pie.

Miramos, nos miramos,
y entendemos,
todo lo entendemos,
mientras el fandango
se extingue.
Volverá.

















Agradecido seré

Abundamos
en lo que nos place,
y pedimos cuentas
que son memorias
vencidas con la actitud
que mira hacia arriba.
Temblamos
casi al unísono.

Restauramos
el cauce y la memoria
hacia el lado
de la jovialidad entendible
por un sí que nos afirma
con reglas
que nos envían
hacia la entrada
de un nuevo edificio
que construimos
con acordes sanos.

Marcamos el ritmo
que fue y es
lo que nos garantiza
la simpatía
por unos destellos
que agrandan
la pasividad.

Hemos convidado
las tierras
de plácidas y lúcidas simientes
que nos miden
esos movimientos
que nos permiten engarzarnos
a la perfección.

Nos tenemos,
y te doy las gracias
por ser todo.
Seré agradecido,
no lo dudes.






El amor rescatado

Hemos rescatado
el amor
por esa relación
que se basó
en la sinceridad.
Ya no quedan trampas
en ninguna parte,
me digo,
y hasta lo me repito
para creerlo de verdad.

Suspiras
ante mi presencia,
como yo ante la tuya,
mientras nos cargamos
de ilusiones
por ir y volver
hacia el mismo grado,
con la misma sed,
con la gratitud
de quienes piensan
que la bondad
ha de estar cargada
de lo que apetece
en cada momento
sin hacer daño a nadie.

Escribimos con el tino
que es funcionalismo
y anhelo de rescatar
el todo y la nada
más idílica.
















Actitud y memoria

Bordamos
la actitud de la memoria
con un baile
de sabores gratos.
Suscitamos un poco
de buen amor,
un poco más,
todo él,
lo mismo de antaño
con lo de siempre,
con lo de todo y nada
casi al tiempo,
y pedimos
que las cosas
salgan adelante
con el empeño
de quienes sortean
gustos y disgustos
casi con el mismo calibre.





























Siempre soñamos

Cierro el paraíso
de un amor
con un baile
que sabe
a tacones rotos.

Ya no andamos
como antes.
No esperamos nada.
A veces soñamos,
pero terminamos
agotados por lo que ya
no nos pertenece.

Dedicamos
lo que no es nuestro
a empezar de nuevo,
y puede que finalicemos
con el mismo agobio,
con más agotamiento,
si cabe,
y luego, como siempre,
soñamos,
siempre soñamos más.
























Ramas perennes

Nos ablandamos
el corazón
por todo el cariño
que nos profesamos.
Somos en la creencia
más noble.

Nos hemos distraído
mientras nos contamos
que estamos hechos
el uno para el otro.

No negaremos
las claras evidencias
de una paz
con florituras
que nos gustan.

Crecemos con un árbol
de ramas perennes
que nos proponen sentir
que las cosas serán
como queremos.

Hemos gustado
de lo que hacemos,
y así seguimos.
Nos hemos maravillado.

La existencia humana
se apaña
en complejas situaciones
en las que malgastamos
el tiempo
que ya no tenemos.

Disponemos de trances
que hemos
de dejar de lado.
Nos enunciaremos actividades
que nos harán ser
tan felices como merecemos.
Nos queremos,
y ésa es la suprema gracia.




Somos

Nos veremos
en horas de juramentos
eternos
que eternos nos harán.
Nos propiciamos
unos arreglos
entre desasosiegos
que nos disponen
con la mejor
de las cabezas.

No podemos mucho más.
Hemos limado
algunas asperezas
con unos clientelismos
que nos proponen
sentar cátedra.
No revisamos nada.

Es bueno
lo que tenemos,
lo que nos pensamos,
lo que nos agotamos,
y sentimos
que las destrezas están
para ser
lo que haga falta.

Hemos sellado
algunos planos
de vencimientos
sin destinos,
y nos frustramos
mientras vemos
que las cosas salen.

Hemos comprendido
lo que fue principio,
y nos negamos
a que llegue el final.
Somos.







La ilusión

Buscamos salir
de la ilusión
que nos vence
con la misma noche.
Nos agotamos,
pero seguimos.

Salen fuerzas
por doquier,
como si la voluntad
pudiera llegar
un poco más lejos.
Así es, y así será.
La vida es
lo que es,
y quizá un poco más.

Las cuentas nos salen
con entierros
de hachas ficticias
en una guerra de locuacidad
que nos embarga,
que nos puede,
que nos saca
del puro tiesto.

Nos miramos
sin miramientos,
y vemos entre sonrisas
que definen todo
cuanto es factible
para hablar
de auténtico amor.

Nos conducimos
con prudencia,
y es suficiente
en este día.
Mañana quizá
precisemos algo más.








Sin ayuno

Pensemos
en volver a vivir
la experiencia
de un baile
que se creó para nosotros,
para nuestra unión,
para la soledad
que intermedia
entre palabras no escritas.

Meditemos
en ese engranaje perfecto
que nos adivina el pensamiento.

Gocemos con esa vela
que encenderemos cada día
y que permanecerá
como la primera.

Juremos amores eternos
sin jurar,
sin mediar palabra,
sin poner a nadie más
como testigo
de nuestra relación,
que levanta súplicas
y buenas palabras.

Lideremos
cualquier proyecto
de cuantos ocurren
en un mar abierto.

Hay bulerías
que nos regalan
la fuerza y la densidad
de algo más
que un proyecto de vida.

Ya no hay ayuno
ante la felicidad,
que marcha la primera
con nuestros consejos,
que lo son,
que nos pueden,
que nos brindan
una buena escalera
en comunión con los dioses.
Te siento

Miras sin ver
quién soy,
y bailas en la noche
con un aire
que te coloca
al filo de la esperanza,
que, por suerte,
no pierdes.

Me he enamorado
de todo tu ser
con una fuerza
que para mí quiero.

Soy todo
en esa Naturaleza
que está más viva
que nunca.

Te aprecio
porque eres todo
para mí,
más que eso,
y te sonrío
con espacios
que me abren
con razones sensacionales.

Gano en la pérdida
porque aprendo de ti.
Eres el cielo apasionado
que libra batallas
de paciencias infinitas.
Te siento muy mía.














Compartamos la felicidad

Olvido quien soy
cuando estoy contigo,
y me digo
que la fortuna,
porque así es,
me ha tocado
con su varita mágica.

Seguimos hablando
sin decirnos nada,
y buscamos en la abundancia
de un amor que crece.
Nos entendemos.

Hemos cruzado
el charco de un aviso
para tocar de fondo
la melodía
más maravillosa.

Nos asimilamos
con unos dones
más que maravillosos.

Tenemos que comprender
lo que es síntoma
de recuerdo fácil.
No valen las cautelas
cuando tenemos
el mayor de los premios,
el reconocernos
en esta vida múltiple.

Bailemos y compartamos
la felicidad
a la que tenemos derecho.












En el mismo idioma

Aterrizas como puedes
y donde quieres
con una pluma
de peso sincero.

Los espíritus
se cobijan en la razón
que nos envía señales
sin humo,
de las cuales aprendemos.

Hemos nacido
una y otra vez
en ese baile
de paciencias
que nos hacen finitos.

Haces de mí
la persona
más afortunada del mundo.
Quiero serlo por ti,
por los dos,
por lo que nos podemos
aportar de verdad
en la noche más fría.

Gustamos de las caricias,
de la sonrisa próxima,
de lo que tiene comienzo
y esperamos
que no invite a la partida.

Hablamos
el mismo idioma
y nos damos ese placer
que solo el entendimiento
en silencio procura.

No te diré todo,
ni tampoco negaré nada.
Hemos abaratado
comprensiones queridas
que procuran tener
la placidez de quien baila
con un son especial.

Subimos una nueva montaña
para luego subir más.
Alzo mis brazos,
me muevo,
me escondo
dándote el pecho,
y avanzo
como el que retrocede
para dar pura amistad.

Tú la has plantado
con tu linda melodía.








































Argumentos de amor

Te hablo
hasta en la soledad
y el silencio
de una noche
que nos pertenece.
Hemos agrandado
la moral
de quienes vienen
con el sonido andariego
nacido de puro aprendiz.

La mente sigue abierta
de par en par
con una llamada
que corrige vientos.

Nacemos para comprender
lo que es sensación de verdad.

Nos unimos al presente
con un gozo
que anima a tener
lo que es clientela
de paciencias gustosas.

No te puedo contar todo,
pero entiendo que, de mí,
todo lo sabes.
Nos juntamos para tocar
la divinidad de lo ideal,
que es más o menos
lo que sabemos.

Juramos amores eternos
que van y que vienen
sin que valgan más allá
de nuestras narices.
Nos tomamos
todo a broma
cuando nada es
lo que parece.

Las intuiciones
nos corrigen argumentos
en los que no debe fallar
el amor de una vida.


Destino, silencio, destino

Beso en silencio,
puede
que lo haga
con la mirada
en esa piel
que no es mía,
pero que lo parece.

Hago todo
lo que te puede contentar,
y sonríes
como quien perdona
algo así como la vida,
pero no me importa.

Agradezco, como sea,
esa benevolencia
que responde
con amistades
donde solo hubo
un gran peligro.

Tras él ha llegado
la gran ocasión,
la gran oportunidad,
que hago mía.

Te distraes,
mas sigo
como si la voluntad
mereciera ese anhelo
que planto
con la misión de salvarnos.

Te has visto
entre maravillas
que destilan
las pasiones más lindas.

No hay lástimas
que valgan ahora
que todo vale.
Trenzas nuestros destinos,
y te digo
que haré todo lo posible
para que no se deshagan.


Una nueva mirada

Me asusta pensar
en tu marcha
que advierte
de lomos y de peligros,
de asomadas sin réplicas,
de apuntes
sin fermentos adecuados.

Bailas en esa noche
que trina
como los pájaros,
que alimenta
sin nutrir
como nos gustaría.
Me place verte, soñarte,
tumbarme a tu lado
y levantarme enhiesto
para dar con tus brillos.

Disfruto
de los recuerdos,
pero preciso algo más.
Sabes bien
que podemos escenificar
otro tango
con el que volver
al punto de inicio.

Hemos sido agradecidos,
y ahora no vamos a fallar.
No podemos, ni debemos.

Aprendimos a ser
uno solo,
y estoy seguro
de que volveremos
a experimentar
la grandeza
de lo mayúsculo,
de lo que tiene talante
y no gravedad.

Crucemos los brazos
en el aire
y demos la vuelta
para arreglarnos
con una nueva mirada.

Tanto como queramos

Me coloco
en ese paso
donde sé
que te veré,
que interpretaré
tus sueños.

La vida es
lo que es,
así, sin lamentos,
con la imagen
de quien borra
las emociones
hasta decir
que no puede más.

Las controversias
de años mozos
nos envuelven
con una simulación
de clases en penumbra.

Te oigo, te estimo,
te entiendo
en estos meses
que nos quitan
las penas
con un entusiasmo
afortunadamente, digo,
recobrado para mejor.

Has añadido
paz a lo que soy,
y por ti pienso
que las cosas
podrán ser algo más.

Hemos quitado heridas
con unas preferencias
más que maravillosas.

Las inflexiones
de otros instantes
nos recuerdan
hasta dónde podemos llegar,
que es muy lejos,
tanto como queramos.

Con la misma canción

Aplaudes
mis conformidades
con unas niñerías
de blandas pasiones
que hoy ahondan
en la voluntad
que es cruce
de pensamientos floridos.

Ahondamos
en las densas palabras
de amores cosechados
en la negligencia
más variada.

Te tengo una vez más
en la conformidad
que nos pone
en el techo
de un universo crecido.

Huimos de las creencias
en las que nos fundimos
con pies que flotaban
entre estrellas de algodón.

Te entiendo
en lo que haces,
por lo que eres,
y compruebo
que estamos cosechando
el mejor de los milagros,
que nos conducirá
con el mejor abrigo.

Hacemos lo que debemos,
y soñamos,
siempre soñamos,
con que todo irá
como debe.

Fugas afectos,
y eres en mí,
como yo gracias
a tu apoyo.

Juramos amor
más que eterno
con la misma canción.
















































Hoy mucho más

Has comprobado
lo que soy
con una cifra
de aspiraciones bellas.

Nos consultamos
un poco de buen humor,
y nos decimos
hasta qué punto
estamos en forma.

Nos hemos emborrachado
de honores
que sumaremos
a las fuerzas de siempre.

Te deseo
como lo más grande.
Subimos a la cima
del saber
con una impronta
de hermosura.

Te acercas
a lo que fue mi ideal.

Haces de mí
una fortuna
con una súplica
de posiciones maravillosas.
Hemos tocado
ese planteamiento
de negligencias
por vivir
en la cautela sin nombres.

Hoy nos regalamos
la dicha
que es fortuna
con un poco de sentido.
Lo único hoy
es más,
y no de lo mismo.

Has cortado
por lo sano
con una broma
que engancha.
Te recuerdo como eras,
como me enamoraste,
pero hoy me gustas
mucho más.

Se acercan los labios
en esta canción
que es de los dos.










































Un nuevo mar, un nuevo cante

Levantas el alba
con una pasión nueva,
que es la misma,
pero renovada.
Crezco en ti
con todo mi ser,
que vive,
tras el ayuno,
el deseo fortalecido.

Gusto de ti,
y en mí soy todo
con una promesa
que hará de la verdad
lo más gustoso.

Te tengo
en la creencia
de que todo será
lo que tenga que ser.

Vivo sin lamentos
en la noria que despierta
lo que somos
con una vivencia flamante.
Reflejas lo que soy.

Te consiento ese galanteo
que me hace recordar
lo que fui
en la infancia cercada.

Abres páginas
de grandes sensaciones
con voluntades
que nos unen
con notas de favoritas
miradas
hacia el mar
de un nuevo cante.








Te venero

Vistes
como una reina.
Miras
como una diosa.
Hablas
con una inteligencia
tan voraz
como equilibrada.
Sanas las heridas
de una soledad
que despeja criterios
para dar
con las razones
menos idealistas.

Hablamos
de nosotros mismos
con un temor
a un destino
que agranda
lo que somos
con un amor hermoso
como la vida
que nos rodea
desde que estamos
juntos.

Sorteamos glorias
que antes fueron obstáculos,
también antes, como ahora,
superados.
Damos gracias
a una suerte
que nos pertenece.

Nos sinceramos
en esta noche
en la que platicamos
con el calor
de un aguardiente
que nos anima
a multiplicarnos.

Hemos conversado
con el mismo lenguaje,
y hemos sido de nuevo
con un cariño
que sorprende
con una familiaridad graciosa.
Te venero.
















































Toca fuerte

Nos avezamos
con cánticos
que nos imprimen
más deseo
del que podemos confesar.
Amamos lo que hacemos,
nos amamos, sí,
y somos en la distancia
que acorta los afectos.

Surcamos cualquier mar,
por embravecido que esté,
y soñamos,
siempre soñamos,
con el tacón
que nos pone en alto.
Hemos aprendido
a ser nosotros mismos
con ese fetichismo
que regala la música.

Alzamos los silencios
para que crezcan
las artes amatorias
de un anhelo
que haremos nuestro
de principio a fin.

Hemos surgido
de la misma materia
con respuestas
de todo tipo.
Nos gustamos,
y eso se nota
hasta en la mirada
que nos despierta
toda clase de afectos,
ahora compartidos
por un sí
con regladas
impostaciones de voz.

Hablamos el mismo
idioma, es idéntico,
hoy que nos miramos
mientras resuena
el cante de unos amigos
que nunca se marcharon.
Toca fuerte.
















































En la prueba máxima

Hemos confundido
las ilusiones.
Nos ponemos
en la prueba máxima
que finge estar
con esa voluntad
que todo confiesa.

Los obstáculos
son superados
entre destrezas
que nos oprimen
con una intensa caricia
que otros no valoran.
Nosotros sí,
hoy sí, siempre sí.

Nos hemos puesto
con una veintena
de palos de colores
que nos hacen aprender
el flamenco
en una primera y única lección.

No temeremos el futuro,
con todo lo que tenemos
que inventar.
La vida nos oferta
causas divinas,
que ya son nuestras.

Lo que fue todo
ya no será nada.
Nos hemos aprendido
a valorar
con acertijos
de movimientos parejos.











Prestos a todo

Nos pegamos
a esa bondad
que resume los actos
en los que todo tuvo
un cierto sentido.
Nos congratulamos
por las buenas artes
que se refugian
en lo que fue viento en popa
y a toda vela
con resortes
de fugaces castañuelas
que nos dieron valentías
de todo tipo.

Navegamos con el sonido
de un viento
que nos emborracha
de pasiones ajenas,
que ya son nuestras
por unos instantes,
que haremos del todo nuestros.

Nos fugamos en la noche
que es liturgia
con respuestas llenas
de valentías.
Tememos que las cosas
se consientan
en la voluntad que abre
y cierra algunos caminos.

Fundimos algunos
lacerantes anhelos.
Estamos prestos a todo.













Hasta el amanecer

Queda base
que nos acecha
con una secuencia
propiciatoria y en camino
hacia un arreglo mayor.
Nos unimos
en una perfecta sincronía
que traspasa muchas almas.

No quiero
que las cosas
nos ahuyenten
la emoción más sincera.
Nos hemos tomado
la razón por un lado
que nos envía
a impresiones más sencillas.

Suena ese sabor añejo
a la juventud
que desapareció
de una faz sin concurso.
Hemos hablado
con una razón
que registramos
con una afición eterna.

Generamos unas emociones
queridas, gratas,
prestas a cuanto sea menester.
Nos tenemos que entender.
Busca bailes, busca saetas,
busca entregas
en forma de levantinas,
de sevillanas, de tangos,
de bulerías, de caricias
y de tonás
que nos harán consentirnos
hasta el amanecer.









La culpable madrugada

Hoy he muerto
un poco,
un poco más diría,
pero callo,
me guardo,
permanezco inerte.
No me sale
la voz.
Estoy herido,
herido de muerte,
una vez más,
sin protectores,
sin mí.
Ya no soy el mismo,
aunque lo parezca.
Condenado me hallo
a asumir
que las cosas queridas
duelen y apenan
en esa vida que pudo ser
amable, deliciosa.
Alguien se estrella
en la noche sin Luna,
y muere,
y yo muero más todavía,
sin frenos ni remedio.
Pienso en las sonrisas
que ya no tendré de ti.
Te me vas
aun antes de conocerte,
y lloro por ese mal
de ausencia duradera.
No te busco.
Ya sé hacia dónde viajas,
y que no estás.
La tristeza,
ahora más que nunca,
impera y gana.
No sé qué decir
para mostrar
la sombra
que se adueña
de un corazón
que ya no te disfruta.
Y yo,
sin conocerte,
lloro por lo que no fue.
La madrugada
ha sido la culpable.
Se oye el quejío
de lo flamenco
a lo lejos, muy lejos.














































Todo lo que somos

Ahondamos
en el sabor
de un amor
que nos extiende
las buenas alas.

Vencemos el temor
de un alma
que no mira más allá.
Agitamos las manos
con una fuerza
que despeña deseos.

No podemos asentir
en todo momento,
pero andamos cerca
de ese milagro
que todo lo exprime.

Hemos comprendido
el sabor de una batalla
que persigue la paz
de espíritus.
Nos tenemos
para lo que haga falta.

No fallaremos
en ese momento
de grandeza idealista.
Nos quedamos sin energías
para compartir
la empatía de otros años,
que haremos
menos molestos.

Cuajamos unas diversiones
que nos proponen
secuenciar los movimientos
de un amor consolidado.
Tocamos ese martinete
que densifica
nuestra sangre,
que bulle de tanto deseo.

Hay honestidad
en lo que tenemos,
que es todo
lo que somos,
o algo así, amor.
















































Conocemos el camino

Sueño con abrir
ese tajo de amor
que aguarda con cariño,
placidez
y un pelín de locura.

Nos embriagamos
de la grandeza
de un espíritu
que ha cosechado
el alma menos vacía.
Damos gracias por ello.

Recordamos lo que fuimos,
lo que tuvimos,
lo que nos apreciamos
en un reino de dioses eternos.

Curamos espantos
con trances que nos llevan
a la era del baile,
que desarrollamos sin etapas.

Hemos apañado
muchos daños
que ahora adelantan
a las bárbaras sospechas,
que tienen el coraje escondido.

Saquemos lo mejor
de nosotros mismos,
abramos los corazones,
y pongámonos a bailar
como sabemos.
Conocemos el camino.













Lo que podemos anhelar

Te he sido sincero
en esta noche
en la que bailamos
con registros fugaces
que no lograrán arrugarnos.
Nos sentimos
el uno con el otro,
y el otro con algo más
del uno que es vela
en encierros
de jovialidad terca.

Canta y sé fuerte
como ese martinete
que te lleva a la bulería.
Todo es como pensamos,
o puede que más.
Bordamos los deseos
con juncos que nos protegen
y nos unen.

Hablamos de ser nosotros,
y somos en la distancia
que tanto nos aproxima
a la esencia largamente buscada.

Tiemblo de pasión
en esta cita
que hace años que soñamos.
Tenemos todo
lo que podemos anhelar.

















Libres los dos

Te has adueñado
de mi ser
con un poco de penumbra.
Has deambulado
con un poco de sentimientos
que profundizan
en todo lo que pudo tener
algo de sentido controvertido.
No me valen obligaciones.
Eres la única
que lo entiendes,
que me entiendes.

Cierra esos ojos
que son lumbres encendidas
para ayuda del navegante.
Ablandas mis cautelas,
que ya no pertenecen
a nada ni a nadie.

Soy tan libre como tú,
y me protejo de deseos rotos.
Apañemos la sinceridad
con ese taranto de noche.
























Sentimientos profundos

Animo mi ser
con lo que no es mío.
No tengo nada.
Soy por no ser,
y bailo
para comprender
lo que no tiene entendimiento.

Surjo de la nada
para besarte
tras un baile de amor.
No te quedes
con expresiones titubeantes,
que podemos todo
en el todo,
y sabemos que superaremos
la razón con sentimientos
más que profundos.

Volemos en ese todo
que es nuestro por razón,
costumbre y pensamiento.

Sufrimos en los lances
de una diestra queja
en forma de cante hondo.
Hemos ayunado,
hemos pasado hambre
de besos,
pero ya tenemos todo
lo que precisamos
para dar con la clave y la fe
que moverá montañas
de pasiones.

Juramos amores eternos.
Bailamos y es como deseamos.











Elegancia sublime

Nos rompemos de amor
en la noche de unos deseos
que median con controles
que acumulan más pausas
y mejores anhelos.
Nos pedimos salir
de un atolladero de preferencias
en la noche.
Nos miramos a la cara
y mostramos apetencias
que nos sacan de un fracaso
que cultiva deseos
con formas de paz.
Hemos sugerido
que estamos listos,
y lo estamos
para lo que sea necesario.

Iremos a tomar esa pasión
que plantaremos en un otoño
que, rápidamente, convertiremos
en primavera sin fuga.
Nos destacamos caricias,
amores, sueños,
y nos vamos hacia lugares
de gratas elucubraciones
que sugieren todo lo que es,
y puede que algo más.

Nos trasladamos
con un viaje de aventuras
con prestaciones de entrega.
Cantamos, bailamos,
damos claros consentimientos
con una premura
de elegancia sublime, ideal.












Imagen (I)

Vivimos un sueño
que nos hace eternos
con el fuego
de una pasión
que nos levanta
de la escasez.

No damos con lo justo,
pero tampoco sabemos
dónde se halla
ese equilibrio
que nadie entiende.

Prestamos ayuda
con ese baile de optimismo,
de gracia,
de aficiones variadas.
Decimos adiós
a los conflictos
que nacen y mueren
con registros
que posibilitan seguir
con una cierta sencillez.

Ganamos favores
que nos enamoran
más de lo que pensamos.
No podemos negar
las evidencias.
Tampoco hace falta.
Me adiestras
en grandes deseos,
que iremos cumpliendo.















Imagen (II)

Has proyectado
tu imagen hermosa
en mí, pobre de mí,
con una cordura
que levanta las pasiones
de quienes dijeron de ir
con la mejor metodología.

Nos damos horas
que nos convienen,
que nos invitan
a consentimientos
de preferencias silentes.

No gustamos ahora
de las avaricias,
salvo para compartir
cariños sobresalientes
que creíamos extintos.

Nos hemos dado horas
que radian aficiones
que complican ese camino
en el que fuimos todo y más,
siempre algo más.

Nos asociamos
sin decir nada,
sin pactar las cautelas
por escrito, garantizadas,
sin sanar de unas caricias
que creímos perdidas.

Ahora es la cita,
y procuraremos
que no se agote.












Imagen (y III)

Has invitado a mi corazón
a venir con una palabra
que nos damos
con enseñas de penitencias
destacadas en un encuentro
de preferencias que aparecen
con formas que no terminamos
de incluir en la enseña
de un tratamiento anómalo.
Lo genuino nos distancia
de lo que pensamos justo.

Hemos combinado
lo mejor de cada cual,
y hemos supuesto
que estamos listos.
Puede ser.
El tiempo dirá.
Nos procuramos sumas
que aguardarán
algunos milagros de tipo menor.

No podremos esconder
el fragor de unas sugerencias
que nos vuelven locos de amor.

Las complicaciones
nos llevan muy lejos,
y estamos por primera vez
donde todo es lo que debería ser.
Juntamos los cuerpos
con ansia de no acabar,
sino de agotarnos.

Baila como sabes,
que te sigo.












Duendes amorosos

Representamos
la evolución
hacia un estado natural
que recupera
los viejos empeños,
ahora rejuvenecidos
para bien y arte
de casi todos.

Nos consumimos
en la nada azulada
que es todo
con un poco de amor.

Vivimos la nobleza
de una tipología
de apetencias rancias.
Nos hemos configurado
con registros hermosos
que nos ponen
entre negociaciones
que liberan un poco
de más energía
que ahora experimenta
apetencias de derechos
apoyados en el amor.

Tomamos el postre
de un baile
que aderezamos
con los sones
con los que bailaron
esos abuelos
que han dejado
la huella de genes
y de costumbres sanas
que hemos de preservar.

Estiramos los brazos
y los cuerpos frágiles
y vemos graciosamente
unas gentiles posibilidades.

Hay mucho misterio
y amor en ti.
Te deseo con naturalidad,
sin estadísticas,
con niveles inciertos
que cimbrean
con una amplitud de miras.

Tenemos duendes
que nos cuidan.
Son frágiles, amorosos,
con esa bondad
de azul turquesa
que manifiesta
lo que queremos ser.








































Una historia de acero

Hemos allanado
ese rumbo sinuoso
que permanecía
con pináculos no visitables.
Las tablas coloristas
nos han enseñado
un juego nuevo
que acelera las partículas
que nos dan valentías
de antaño.
Nos erguimos
con la hermosura
del que inventa el amor
como si fuera algo nuevo,
que hoy lo es,
y esperemos que también mañana.

Hemos sigo aguerridos
en las voluntades,
en los sentimientos,
en lo que pudo ser
y será con una preferencia
en la noche más estimada
y querida por siempre.

Hemos aceptado las palabras
que se volverán acciones
mientras suenan las guitarras
de gitanos que nos enseñaron
a ser todo y nada
con la premisa de ahondar
en la voluntad propia y ajena,
en la de todos.

No hay leyes,
excepto la ley del amor,
que hoy sopla
por los cuatro sentidos
de una historia de acero
que no tendrá fin.

Suenan guitarras de ancestros,
y sacamos de raíz
el dolor en alza
para alcanzar otra gloria.



La tierra nos despierta

Hemos aspirado
el aire que fue paño
con el que quitarnos
el sudor,
con el que apartar
las penas duras,
con el que encender
el entusiasmo ferviente
de un cielo embriagador.

Somos en la tierra
que nos despierta
con unas insinuaciones
que liberan
cualquier pensamiento flojo,
que agarra
lo mejor de sí mismo.

Hemos liberado
la fuerza amorosa
de unos volcanes silentes,
dormidos en la acritud
de una tierra
que se ha vuelto fértil vergel
en la noche con Luna.

Pedimos treguas
para querernos,
para inventarnos excusas
con las que advertir
lo que es lenguaje
y derrota de palabra.

Imaginamos más,
aunque lo material
sea menos.
Somos ricos en salud
y en amor.
No haremos la pregunta
porque ya sabemos
que no precisamos más.







Un volar infinito

No pienses
en bailar conmigo
esta noche.
No lo hagas.
No seas yo.
Déjate llevar
por las sensaciones
que aprietan el ánimo
hasta llevarlo
por altos vuelos.
Nos tenemos en libertad.
Hemos gozado,
y mucho, sinceramente.

Pleiteamos
y nos agarramos
al placer infinito
de un baile bien encarado.
Nos queremos.
Hemos sido mucho más
de lo que pensamos
en la noria
de una veintena de pasos
que no sabemos ni contar,
porque no queremos.

Miramos hacia abajo,
pero solo vemos
la mirada del otro,
clavada en órganos
cada vez más vitales.
Soñamos despiertos
y disipamos dudas.

Golpea fuerte, mi reina,
que ya volamos
con los espíritus.
Volamos al infinito.










Sabores de palabras

Me esfumo
ante tus deseos,
que son mudanzas
y lindas referencias
de unos soles
que surgen
con unas vastas ansias
de pura paz.

Nos hemos convenido,
o así parece.
Marcamos los elementos
más extraños
con unas gracias
que nos conforman
con plenitud asustadiza.

Fuimos, somos,
mejoraremos con el sonido
de unos instrumentos
acuñados perfectamente
para unos menesteres
que nos enseñarán el oficio.

Murmuramos
entre fuelles de alegría
no mensurable,
y pactamos un milagro
sin etiqueta.
Hemos consumido
un fuego sin pasión,
quizá dos,
pero queda el definitivo
que haremos infinito
por obra y gracia
de una alternativa consultada
desde un espacio
que cruzaremos nadando
entre besos
de todos los colores.

Me das tu palabra,
que sabe a la mía.
Te doy la mía,
que ya no me pertenece.
Percibimos el gusto.
Di tú, que acato,
que consiento,
que me place perderme
en los movimientos
de tu cantar de éxtasis.















































El esplendor de la mañana

Acordonas tu corazón.
No dejas que nada
te llegue.
Intento vencer
tus obstáculos,
que surgen de aquí
y de allá
con no sé qué motivaciones.
Me asusta perderte,
y lo sabes,
y eso no es bueno,
y lo sé.

Suenas con los cánticos
de una mañana
que explota
en todo su esplendor,
ése que surgió
de la nada
cuando nos conocimos.

Te sueño,
te tengo en mí
con una clemencia
que me sabe
a todo lo que es,
que algún sentido tiene.

Me has regalado
una premisa hermosa,
quizá dos,
y yo me dejo conducir
hasta esos calores
que exprimen
lo mejor de mí.

Nos conocemos
con este nuevo baile,
siempre aviado de placer.
Cántame todo lo que sientes,
que yo te escucharé.
Eres esplendor
en esta nueva mañana.





Que hable el corazón

Reclamas una atención
que te hace merecedora
de todo mi ser.
No sé si podré dártelo,
pero sí te digo, amor,
que lo intentaré.

Recurres a mí,
y yo a ti, cielo,
y soy en todo
lo que tiene un punto
de inflexión
con el que unir
lo que es destreza y realeza
casi al mismo tiempo.

Perdona mis errores,
que solo buscan
la fecundidad de tu fe,
que se multiplicará
con tu cariño.

Suelta las amarras
del barco nodriza
que construimos los dos.
Partamos hacia ese hogar
que estará donde anidemos
los frutos de la pasión.
Mírame como tú sabes,
y calla:
dejemos que hable
el corazón partido.
















Defensores

Has acudido
a la gran llamarada
de una pasión
que despierta
lo mejor de nosotros mismos.

Pides fe, y la tienes,
pero no sabes hallarla
en tiempo y forma.
Te has dejado cautivar
por la sensación de una rosa
que es todo apariencia.

Nos agotamos.
No queda más
que cansancio,
del que nos sobreponemos
en este último baile.

Seré tu defensor,
como tú eres el mío.



























Algo de consuelo

Te has acordado
de emplearte a fondo
con la voluntad
que no es memoria,
con la sencillez
de quienes miran
y contemplan la luz
del rostro de la bailadora
que surte todo tipo
de efectos.

Cantamos
como si lo hubiéramos
hecho bien
todos los días
de nuestras vidas,
y de otras más.

Te consuelas
en la larga espera
que se confunde
con el compás
de una querencia
que establece
sus propios cánones.

Ganamos en ese retorno
sin experiencia.




















Un poco de alegría

Soñamos con tenernos
durante siglos de esperanza,
y pedimos la animosidad
de quienes se preparan
para le mejor función
del mundo.

Tenemos de todo,
de más, mucho más,
de ida y de vuelta
con principios lindos
en los tonos más mejorables.

Nos hemos enseñado
las tonalidades de un fondo
que propone los seguimientos
más estimables.

Nos hemos acordado
de tomar como referencia
todo cuanto es bueno
en la grandiosa negación
de lo evidente y manifiesto.

Mientras, bailamos,
saltamos de alegría,
o algo así.
Todo es poco.




















Los brazos del flamenco

Crecemos en impresiones
que nos gustan
con sus timbres de voz
en desarrollo.
Juramos que nos amamos,
y lo demostramos
en este “tablao” de la vida.

Restauramos esos gozos
de penumbra cerrada
a la luz escondida de la Luna
que nos quiere.
Hemos aprendido a amar
sin mediar palabras disonantes.

Pensamos y decidimos
que los calibres
estén sin saturaciones
mientras bailamos
con voluntades juradas.

Planteamos lo que somos,
que somos,
que nos gustaremos
en el tránsito
hacia esa nueva belleza
que emana del interior.

Nos explicamos ese talento
que ponemos en curvas
que nos conducen
a un empate cariñoso.

El arte, hoy, para mí,
eres tú, corazón.
Abrimos los brazos
del flamenco que se alza
ante la injusticia de la soledad.










Al ritmo del taconeo

Ultimas detalles
para este entendimiento
precedido por fandangos
de alegría celestial.
Producimos elevados detalles
de unas ideas
que no han de pertenecernos.
Nos juramos
con versos antiguos
cada día más vigentes.

Nos empañan la vida,
o lo intentan,
mientras nos recordamos
con advertencias
de probadas estimaciones
con movimientos de manos
y de dedos que señalan
con sigilo sepulcral
la escenificación de un amor soñado.

Ponemos el mantel del deseo
y gastamos las energías
con unos cantes
que hunden sus raíces
en lo asombroso.
Nos integramos otra vez
en la misma carne,
con la piel más idéntica del mundo,
y seguimos con cambios
que nos ubican donde es menester.

Especificamos lo que nos amamos
mientras conseguimos
mucha más renovación
con un pañuelo mojado
por el sudor de la pasión.

Nos damos cantes
que nos retiran
de la prohibición del silencio.
El taconeo marca el ritmo
de lo que está por hacer.





El universo verde-azul

Volvemos con valentía
ante el aprendizaje
que supone
el mirar las cosas
como son o parecen.

Nos enseñamos
con la armonía moderada
de quienes aprenden
sin ver lo que ocurre,
aunque esté
a la vuelta de la esquina.

Moderamos
lo que acontece
en un sentimiento universal
que hemos de plantar
como los buenos olivos.

Nos agarramos
a todo lo que podemos
en una noche
que nos imprime
más y mejor carácter.

Aproximamos
los envoltorios suaves
de unas pieles creadas
para compartir sudor,
pasión, certezas volubles,
ansias calladas a gritos.

La tez morena
nos oculta en los deseos
que guardan silencio.

Pasamos las dudas
de unas encrucijadas
que preñan de cariño
este baile que agarra
las ondas escurridizas
de una guitarra nacida,
como nosotros,
para este momento,
que explotaremos
hasta no poder más.

Conformamos
las mejores piezas
del universo verde-azul.
















































Suerte compartida

No busques en el aire,
no te afanes,
no te agobies,
no te aflijas…

Puede que sí,
que en alguna parte
algo o alguien te espere,
pero no confíes
en lo que no tienes,
en lo que no ves,
en lo que podría aparecer…
después de tanto tiempo.

Viaja con tus buenos
deseos de sosiego,
y toca el momento
que se fuga con la noche,
en la misma hoja de ruta
que previene
con efluvios universales,
como los valores
en los que crees.

No te impongas
al destino,
que hoy sabe más que tú,
que te expresa lo que es
en la singladura
sin el aroma del azahar
de la infancia.

Tengo todo
lo que necesito
en ti, por ti,
con esa voluntad vehemente
que descalza
lo que alcanza
el destino universal.
Reparto suerte.
Te la deseo,
y contigo, amor,
también la tendré yo.





La inmensidad de la alegría

Juramos
ante una diosa colmada
de arte
mientras cerramos
los ojos
para ver el destino,
que sabe a gloria
en sal.

Cantamos en la soleá
de una puesta de sol
que implica a los tarantos
con sombreros
de un sureste
que sabe a azul
y negra espesura.

Vencemos en la noche
que nos conforma
con cuatro tiempos posibles.
Influimos en la carencia,
en la vuelta y revuelta
de un baile
que nos pone
en compromisos
que iluminan
las costumbres resueltas
a vivir la pasión
de la felicidad.

Iluminamos
con las cuerdas
de una guitarra
una voz quebrada
que abre camino
a los sentimientos,
que afloran
como pocas veces pensamos.
Saltamos
en la inmensidad
de la alegría,
que es tuya por siempre.






Tu arte delicioso

Canto en la noche
que nos embadurna
del sudor
de una pasión
que fue sueño,
que fue algo,
que no sabemos
que fue.

Sugerimos
besos apretados,
y volamos
hacia el infinito
con el pañuelo
que nos juntó.

No hay fórmulas mágicas,
nunca las he visto,
pero hoy creo en ellas,
hoy puedo con ellas,
hoy soy en ellas.

Comprobamos
las participaciones
de una consideración
que es plática
con volúmenes hermosos.

Ponemos
el punto de la mejora
con el incremento
de una efervescente distancia
que nos une
en lo inmediato.

Mientras, suena el canto,
y vienes, y vas,
y soñamos.
Te adoro en éste
tu arte delicioso.








Bailamos sin cesar

Aprieto tus carnes
con las mías,
y surge la devoción
de una naturaleza articulada
por un bien común,
que ya entendemos.

Junto todo lo que soy
a ti, mi bien,
y pido menos
de lo que soy capaz
de descifrar.
Tomo medidas.

Las cansadas mañanas
se han declarado en fuga,
y entiendo
que estamos hechos
para el empleo
de unas energías conjuntas.

Somos puro significado.
Lo específico nos consulta
pruebas que aclaran la voz,
que se empaña ahora
por un dolor inducido.

Nos beneficiamos
de las líneas de unos amores
en desarrollo.
Tengo especiales intereses
en una madrugada
que sumaremos
con desayunos bien ganados.

Espero tu acuerdo.
Me miras.
Te contemplo
como a una reina.
Lo eres.
No decimos nada,
pero lo entendemos todo.
Bailamos.
No hay cansancio.
Seguiremos.



Fantasía y alegría

Me reservo para este viaje
que nos proporciona
la razón de una existencia
que ya no se presta
a marchitarse.

Juramos un amor eterno
que nos tendremos
a modo de tabla indiscutible
de salvación.
Hemos tenido suerte.

Las flores se alían
con sus aromas,
y nos imprimen carácter.
Reflejamos articuladas
declaraciones de amistades
profundas, queridas,
que llegarán a más.
Estamos seguros.
Hemos postulado
mucho más dinamismo.

Tenemos la seguridad
de un escenario
de anónimas inflexiones.
Hemos aprendido mucho.
Tenemos posibilidades.

Liberamos el camino
de los miedos
con mucha responsabilidad,
ésa que nos dicta el corazón.
No tendremos complejos
para bailar al son
de un duende sin paraíso
que hoy no se marea
en circunferencias extrañas.

Calentemos motores,
que vamos hacia el país
de la fantasía y de la alegría.
Lo es porque estás tú.





Pasión y daño

Me subo a la pasión
que es garbo
en la carestía multiplicada
por el anhelo
de una jovialidad triste.
Vivimos en la contradicción
de las castañuelas,
en las creencias
que nos hacen grandes
por el milagro
que nadie atiende
con todos sus elementos.
Vemos lo que parece visible,
y creo que atendemos
un poco más.

Suplimos las deficiencias
con mucho arte,
con la broma
que es empeño
en las subidas hasta cimas
de glorias anónimas.
Podemos ser altivos
en la sombra,
mientras reclamamos
la atención de unas piernas
que viajan con la voz
más desgarrada.
Amoldamos uñas
de colchones extraños,
anidados en aguas turbulentas,
que aguantan la tempestad.

Te pido el favor
de una palabra,
de un grito frenado en seco,
de una respuesta
a mi corazón herido,
consentido en la noria
de unas determinaciones
que viajan sin luz.
Pones el peldaño
que me hace fuerte y libre,
y lloro de gracia,
por el estado
que me consiente,
que me estima.

Suena la música

Miramos las miradas,
y nos entendemos.
Comprobamos los términos
de un baile que avanza
y retrocede sin fichas.
No negociamos,
o eso parece.
Nos justificamos
con músicas deliciosas
que buscan la pena
en el interior sin peldaños,
y la sacan.

Nos juntamos,
y, efímeramente,
nos igualamos
en los esfuerzos que no son.

Atracamos
en los cuerpos
que fueron base
para un arte que juega
con las manos,
con las insinuaciones,
con las piernas,
con las entregas,
que son todo y nada.

Pagamos con besos
en el aire fugaz
el porte de la amistad
convertida en cariño,
del amor sin fuga.

Incluimos series
de clientelas intensas
en los números que elaboran
justificaciones sin apatías.
El ágora de los ancestros
es hoy ese duende
que se ampara
en nuestros corazones.
Suena la música. ¡Qué suene!





Algo así

Soñar y vivir
a cuatro palos,
con la mirada puesta
en el todo, en la nada,
mientras navegamos
a ciencia cierta
con soltura que premia,
que sana, que averigua,
que es, o algo así,
que todo lo puede.

Nos soñamos
en el envoltorio
de la existencia primera
y última
con la lucidez
de quien piensa
en el regreso medio platónico.

Asumimos
que las carencias
nos añaden de todo
entre cante y deseo,
entre música y averiguación
de lo que tiene
un poco de más sentimiento
del que podemos descifrar.

Aprendemos con taconeo,
con plática,
con la visión
más fantástica del mundo.
Las profecías
conforman tu nombre,
nuevo en este trazado
que huye de la placidez
de otros instantes.

Miramos al cielo
y a la tierra,
y, de pronto, estamos nosotros,
o algo así.






El “quejío” de la esperanza

Sufro con la mirada
de quien advierte
el peligro por todo
cuanto viene,
que es mucho.

Nos amamos
en la sombra de un tono
que sube, que baja,
que presta sensaciones
que luego huyen.

Y, mientras, suena
la guitarra con su amor,
con sus armónicos,
con sus duendes escondidos
en las cuerdas,
en su seno de almohada,
en la barra libre de un bar
que nos atosiga
con sus indelebles soledades.

Martillean las palabras
que esconden libertad,
dolor, tristeza y amoríos
de mano en mano,
como una falsa moneda.

Aclaramos la voz,
y damos ese grito
que hace tiempo
que esperábamos dar.

Apareces tú,
bailando, mirando
a ninguna parte,
y no sé qué hacer.
Hay esperanza.
Se llama “quejío”.









Sueño entregado

Somos la trayectoria
en la nada
que nos confunde
mientras proponemos
un baile apasionado,
fuerte, con brillo,
con acicate,
que nos regocije
estando a la entera disposición
de quienes creen en la voz,
en el tiento,
en la vuelta evolucionada
y sin máscaras.

Me encanta
que nos veamos bien,
de cualquier modo,
con los movimientos precisos,
gustosos, plenos,
al son de la guitarra
que muestra lindezas creyentes.
Ablandamos el destino
con un poco de buen humor,
que nos atrae,
que nos detiene,
que nos impone la voluntad
que nos da honor y sangre.
Gustamos
mientras el gemido
nos arde
en el interior sazonado
de amor, de amistad
y de lo que haga falta.

El sueño de hoy
es canción, taconeo
y plenitud en la noche
que nos da calor
y deseo de entregarnos
a todo y a más.








El milagro cotidiano

Mueves las manos
como nadie
lo hizo antes.
Eres ese milagro cotidiano
que con mirada apuesta
conforma la realidad
que nos promueve
hacia las sensaciones
más comprometidas.
Somos en ese todo
que nos indica
hacia dónde ir.

Resaltamos
las contemplaciones
de unos deseos
conformados a imagen
y semejanza
de un ritmo mágico,
que tiene en ti
un tesoro, un duende,
un amor que hermosea
como la Luna
con los rayos
del oculto Sol.

Suenan las manos,
el tablao, la guitarra,
la voz…
Y tú te mueves
en la quietud de la noche,
que tiembla,
que balbucea un deseo
medio atrevido.

Regresa la querencia
de unos amantes
que dibujaron el cielo azulado
por la melancolía
de un deseo
con un pozo
demasiado grande.
Te añoro.





En comunión espiritual

Sugerimos estadísticas
de zapateos que nos invitan
a mirarnos con pasión.
Toca, toca, y llegamos.

Pedimos un poco
de buen humor,
que acompañamos
con la mejor bebida,
nuestra amistad.
Suena, suena,
y nos tranquilizamos.

Volcamos el elixir
de la pasión en la entrega
en forma de sones
que compartimos
con melodías y ritmos
de ancestros que nos compelen
al cariño con su duende.

Nos rozamos con fuerza,
y experimentamos el gozo
de la prudencia comprometida
en cuanto haga falta.

Nos tenemos con un eterno sí.
Gracias a Dios
disponemos de todo
lo que un una persona necesita:
amor, salud, amigos
y ganas de trabajar
en comunión espiritual.















En busca de la salvación

Buscamos la cordura
del flamenco
en forma de estilo,
de voces, de miradas,
de conclusiones
hacia ese todo
que hoy es
más que nada.

Resolvemos aflicciones,
o las generamos
para que culminen
y sanen,
y nos volcamos
en las experiencias
de lo que es pensamiento
y acción neutral
en el mismo tono.

Te pienso en esta noche
de contemplaciones penetrantes
y suspiro por tu amor,
que se baña en sudores
y deseos de cánticos
angelicales lejanos.

Penetramos en ese todo
que es nada,
y buscamos el pálpito
de un bienestar
que acecha
para ser salvado.
Cantemos.