miércoles, 1 de octubre de 2008

Toda la vida

Alcanzo ese grado de amor que nos nutre en la tierra que nos vio nacer. Nos conformamos a la hora de decir lo que anhelamos para dar con la moral de una victoria que no será tal, al menos no a priori. Nos tocamos con ese cabello de ángel tierno y casi eterno que nos consiente la idea de volver a no empezar. Nos llamamos amigos de las sensaciones mozas, infantiles, y así nos mostraremos toda la vida.

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