jueves, 2 de octubre de 2008

La sonrisa que me puede

Sé que despisto, que no me aclaro, que no sé si voy o vengo, si subo o bajo. Bueno, sí, algo me entero, pero no lo suficiente. Me he atrevido a tanto en tan poco tiempo que ahora marcho un poco confuso, y un poco más perplejo. Hago caso omiso de las joyas que me rodean, que me ponen a prueba mientras voy acelerado en ese instante de cierta congoja en los ojos. Lloro por ti, porque te has ido, porque te he puesto a la fuga, y mi corazón herido marcha con precipitación hacia la sonrisa que me puede, que me gana todo.

No hay comentarios: