martes, 21 de octubre de 2008
El fuego del a tranquilidad
Pienso en ti, corazón, como en mí, y luego es nada. .... Me confundes con tus palabras, con esas miradas traviesas y respondonas. .... No me avises de cuanto piensas en un momento dudoso. Nos las arreglaremos. .... Me has transformado con esos deseos de una tranquilidad que no termina de llegar. .... Me alteras con tus inclinaciones sin resolver, con tus gustos alejados de mí. .... Tomamos el camino con una cierta paciencia y nos trasladamos a un nuevo lugar sin alarmas. .... Predicamos sin darnos ese trigo que nos dirá si puede ser. .... Estamos en la línea de un fuego que nos hace tomarnos las cosas con más tranquilidad. .... Buscamos la clemencia de un destino que debe dejarnos amar como la suprema dicha.
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