jueves, 2 de octubre de 2008

Callo por temor

Eres extraordinaria. Tuve suerte en conocerte, aunque no siempre te lo haya manifestado. Eres pura intuición e intención. Con exquisitez me llevas donde quieres, que es justo donde quiero estar. Has aprendido a amarme, y yo a ti, casi sin darme cuenta. Me asusta pensarte lejos. He comprendido mucho de tu bondadosa experiencia, de ese movimiento natural y voluntarioso que me ha llevado con donaire hasta el punto donde estamos. Te aprecio mucho más de lo que te digo, y por eso callo, por puro temor.

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