jueves, 2 de octubre de 2008
Amor a perpetuidad
Estamos bien sin lograr dar con la posición de cariño que nos podría llevar a coronar ese ánimo sin victoria. Rescatamos algunas aficiones de los años plenos, que los hubo. Aceptamos las herencias que nos colocan entre guardias de apuestas mutuas. Nos calificamos de amigos de la gran inteligencia que nos invitará a suprimir los tiempos de demora para acercarnos a la estación que habilitará el amor a perpetuidad. Nos enrocamos en las amistades profundas, densas, queridas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario