Tenemos derecho a ser felices

Solicito un poco de amor en esta tesitura que nos devuelve a los años en los que fuimos un poco más. Nos sentamos a la diestra de cientos de pacientes amigos que nos ayudarán a ser más reales. Nos agotamos en la existencia misma con diversiones y creencias que nos colarán ese gol del entusiasmo conquistador con recias facturas. Queremos ser felices, y tenemos derecho a ello.