viernes, 19 de septiembre de 2008

Sin motivos porque no estás

Nazco a tu vera, que me hace pervivir en la ingrata espera que me confunde. No soy yo mismo en esta eterna pasión que me consume. No te aclaro lo que soy, lo que persigo, y lloro, siempre lloro. No aclaro esos conceptos que adecúan todo cuanto es en un escenario de teatros sin guiñoles. Nos reímos, pero hoy no vemos tantos motivos para ello, porque no estás, amor.

No hay comentarios: