miércoles, 17 de septiembre de 2008

Esos deseos que pudieron ser azules

Atendemos algunos temores que no cesan de buen grado. Hablamos de volver con la experiencia en la mano, con la derrota anticipada, con la diversidad por montera. Nos embarcamos en nuevas aventuras que sabemos cómo acabarán mientras agotamos los deseos que pudieron titular en azul nuestras vidas, que ya advierten el poniente. Nos paramos a conversar, y nos damos cuenta de que no hay nada que decir. Solo quedan anhelos y planteamientos que pudieron tener otro color.

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